
Durante 2025, la paleontología presentó seis nuevas especies de dinosaurios que revelan una diversidad inesperada y obligan a replantear su evolución
El año 2025 se consolidó como uno de los más relevantes para la paleontología reciente. A lo largo de estos meses, distintos equipos científicos dieron a conocer nuevas especies de dinosaurios que ampliaron de forma significativa el panorama sobre la evolución, el comportamiento y la diversidad de estos animales que dominaron la Tierra durante el Mesozoico.
Los hallazgos, provenientes de Asia, África y Sudamérica, incluyen desde herbívoros con adaptaciones inusuales hasta depredadores de enorme potencia física, así como un fósil clave para entender el origen de las aves. En conjunto, estos descubrimientos ofrecen una imagen más compleja y dinámica del mundo prehistórico.
Uno de los fósiles más relevantes fue Zavacephale rinpoche, localizado en Mongolia. Este dinosaurio vivió hace aproximadamente 108 millones de años y es considerado el paquicefalosaurio más antiguo identificado hasta ahora. Pertenecía a un grupo conocido por sus cráneos abovedados, posiblemente usados en exhibiciones o enfrentamientos rituales. El ejemplar hallado correspondía a un individuo joven, de apenas un metro de largo y seis kilogramos de peso, aunque sus parientes podían alcanzar dimensiones mucho mayores.
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Desde Marruecos llegó el descubrimiento de Spicomellus afer, un anquilosaurio de 165 millones de años que desconcertó a los especialistas por la complejidad de su armadura. Sus placas óseas eran tan elaboradas que los investigadores recurrieron al término “barroco” para describir su apariencia, colocándolo entre los dinosaurios más acorazados conocidos hasta la fecha.
En el desierto de Gobi se identificó Duonychus tsogtbaatari, un herbívoro bípedo que rompió varios esquemas. Vivió hace unos 90 millones de años y poseía solo dos dedos en cada mano, ambos con garras de hasta 30 centímetros. Aunque su aspecto recuerda al de un depredador, los científicos consideran que utilizaba estas garras para sujetar ramas y alimentarse.
La misma región aportó otro hallazgo destacado con Shri rapax, un pariente cercano del Velociraptor que pudo haber sido aún más peligroso. Este dinosaurio habitó la zona entre 75 y 71 millones de años atrás, medía alrededor de dos metros y presentaba garras especialmente desarrolladas. Su nombre alude a su carácter agresivo y a su papel como uno de los principales cazadores de su ecosistema.
En China, un fósil de 150 millones de años reavivó el debate sobre el origen de las aves. Los investigadores concluyeron que Baminornis zhenghensis podría ser el ave más antigua conocida. Su rasgo distintivo fue una cola corta, más similar a la de las aves modernas que a la de Archaeopteryx, lo que sugiere que esta característica evolucionó antes de lo que se pensaba.
El último descubrimiento del año provino de la Patagonia argentina. Allí se identificó a Joaquinraptor casali, un megaraptor que vivió hace 66 millones de años. El fósil fue encontrado con una pata de cocodrilo atrapada en su mandíbula, una evidencia directa de su capacidad como depredador. Medía cerca de siete metros, pesaba al menos una tonelada y contaba con una garra en el pulgar del tamaño de un antebrazo humano.
En conjunto, los descubrimientos de 2025 confirman que los dinosaurios fueron mucho más diversos y especializados de lo que se creía. Cada nuevo fósil no solo suma una especie al registro científico, sino que obliga a replantear cómo evolucionaron y se adaptaron durante millones de años.







