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A una semana de la muerte de su hija, la madre de Dulce no sabe quíen tiene a su nieto ni nada de la investigación

La Fiscalía del Estado de México solo se comunicó para decirle que tenían a un detenido por la muerte de su hija Dulce Gabriela, hallada muerta con huellas de violencia en un hotel de Ciudad Nezahualcóyotl, el pasado 27 de julio, cinco días después de haber desaparecido en Cuautla

Para Yolanda González Guerrero, madre de una hija asesinada y de un nieto desaparecido, la corrupción cuesta vidas, pues a una semana de haber sepultado a Dulce Gabriela Flores las autoridades no le han informado avances acerca de la investigación, ni en dónde o quién tiene a Santiago.

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En entrevista con Excélsior, la mujer, residente en Cuautla, Morelos, señaló que la Fiscalía del Estado de México solo se comunicó hace unos días para decirle que tenía a un detenido vinculado a la muerte de su hija Dulce Gabriela, hallada muerta con huellas de violencia en un hotel de Ciudad Nezahualcóyotl, el pasado 27 de julio, cinco días después de haber desaparecido en Cuautla.

Lo que ella sabe, por medios no oficiales, es que el implicado es un taxista. Las autoridades no han vuelto a contactar a la familia de la víctima para notificarles avances del caso.

INCERTIDUMBRE Y DOLOR

Santiago es de aquí, de Morelos; aquí creció y no tenemos ninguna noticia de él. Sólo sabemos que el tío paterno se quedó con él”, relató Yolanda González.

El 29 de julio, este diario dio a conocer la historia de Dulce Gabriela, una madre víctima de violencia vicaria que durante meses no pudo ver a sus dos hijos porque el padre de los menores se lo impedía. Luego de la separación de la pareja, en 2015 un juez de la CDMX le otorgó a ella la guardia y custodia definitiva de los menores de edad.

En enero de 2022, Dulce acordó con el padre que los niños vivieran con él durante seis meses. El hombre residía en Celaya, Guanajuato, con una nueva pareja. Pasado el medio año, la madre le pidió al sujeto que le regresara a sus hijos, a lo que él se negó.

Ya nunca le dejaron ver a sus niños, se fue sin saber quién se quedó con Santiago”, acusó Yolanda.

El padre acusó a Dulce de violencia familiar y logró que Gabriel César Miranda, juez de lo familiar en Zacatepec, Morelos, le otorgara la custodia temporal. Esto, sin ninguna prueba de por medio y sin que alguno de los implicados en el caso residiera en ese municipio, denunció Yolanda.

En marzo de este año, Dulce obtuvo un exhorto legal para que le entregaran a los niños. Fue a Celaya, pero la madrastra de Santiago y Fernando le exigió retirarse con la amenaza de que si no lo hacía habría problemas, ya que ella tenía familiares en la Fiscalía de Guanajuato.

El 9 de mayo, la madre se enteró de la muerte de Fernando, pero no por el padre.

Una maestra que le dio clases al niño nos habló por teléfono, dijo que lo sentía mucho, pero que supo del deceso de mi nieto y que el papá quería sepultarlo sin avisarnos”, dijo Yolanda.

Dulce estaba por obtener otro exhorto legal en la CDMX para acudir por sus hijos, ya con apoyo de la fuerza pública. Luego de la llamada de la maestra, Dulce y Yolanda viajaron a Celaya. Llegaron en la madrugada del día 10 de mayo.

Ya tenían al niño ahí tendido, velándolo, y no nos quisieron dar explicaciones. Nos mandaron a preguntar a la Fiscalía, ya que Dulce tenía una restricción legal para no acercarse; nos sacaron del domicilio e incluso mandaron traer una patrulla”, contó. Tampoco las dejaron acercarse al entierro de Fernando.

Ese día más tarde, en la Fiscalía les dijeron que la familia paterna reportó la muerte del niño como suicidio, pero como el cuerpo estaba muy golpeado, las autoridades sospecharon que se trataba de un homicidio. Ante las dudas, madre e hija levantaron una denuncia.

El 12 de mayo, la Fiscalía cateó la casa paterna y detuvo a la pareja. En consecuencia, las autoridades pusieron a resguardo del DIF de Celaya a Santiago y a Iker, de seis años, hijo de la madrastra.

En la audiencia inicial, la maestra de Fernando testificó que el niño llegaba golpeado a la escuela y decía que sus lesiones eran porque se había caído. “Él no decía la verdad porque sabía que le iba a ir mal en su casa”, sostuvo Yolanda. Un vecino de la casa paterna también testificó que escuchaba los gritos de Fernando cuando era maltratado.

A pesar de esto, la jueza de Control dijo que no había pruebas de homicidio, sólo dichos de los testigos, por lo que la pareja no fue vinculada a proceso y quedó en libertad.

Santiago estaba alterado tanto física como emocionalmente porque también lo golpeaban, al igual que a Iker. Cuando en el DIF le pedían que hablara sobre lo que vivía, se ponía a llorar. Cuando lograron que hablara, relató que la madrastra había matado a Fernando a golpes y su papá no hizo nada por ayudarlo. Iker declaró lo mismo”, relató la madre de Dulce.

Luego de esto, la pareja fue detenida y encarcelada en Guanajuato, a la espera de su proceso legal.

Con la captura del padre y la madrastra, se formó la red familiar para ver quién se quedaba con la custodia de Santiago, quien había expresado su deseo de regresar a Cuautla. Uno de los hijos de Yolanda ingresó una solicitud que fue rechazada, ya que la familia tenía la acusación de violencia.

El 5 de julio, León Braulio Ramírez, titular de la Procuraduría Auxiliar en Defensa del Menor del DIF Celaya, resolvió entregar la guardia y custodia de Santiago a un hermano del padre. No se tomaron en cuenta las declaraciones del niño acerca del asesinato de su hermano, acusó Yolanda. Para Yolanda, el caso de su hija debe conocerse para evitar impunidad.

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Con información de Excélsior

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