
Consultores alertaron en 2018 sobre nexos de Hernán Bermúdez con el crimen organizado, pero aún así fue nombrado secretario de Seguridad en Tabasco.
Pese a advertencias, Adán Augusto designó a su amigo de juventud como titular de Seguridad en Tabasco
Antes de asumir la gubernatura de Tabasco en 2019, Adán Augusto López Hernández recibió advertencias claras sobre los presuntos vínculos de Hernán Bermúdez Requena con organizaciones criminales. Sin embargo, meses después, lo nombró secretario de Seguridad Pública del estado.
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De acuerdo con fuentes consultadas por Excélsior, un equipo de expertos en seguridad contratados en 2018 por López Hernández —entonces gobernador electo— le notificó que Bermúdez aparecía como “persona de interés” en bases de datos de inteligencia federal relacionadas con delincuencia organizada.
La relación entre ambos no era nueva. Hernán Bermúdez formaba parte de un estrecho círculo de amistades integrado también por Jaime Lastra Bastar, actual diputado federal, y Humberto Bermúdez, hermano del exfuncionario. Todos ellos, incluidos Adán Augusto, mantuvieron una amistad desde la juventud, respaldada políticamente por el exgobernador tabasqueño Manuel Gurría Ordóñez en la década de los 90.
Advertencias ignoradas
A pesar de las alertas sobre Bermúdez, López Hernández rompió relación con los consultores y, el 11 de diciembre de 2019, oficializó su nombramiento como titular de Seguridad Pública. Bermúdez ya había ocupado cargos relevantes, como director de la Policía de Investigación de la Fiscalía estatal.
Cuatro años después, en 2022, los llamados “Guacamaya Leaks” revelaron que la Secretaría de la Defensa Nacional identificaba a Bermúdez como integrante de la organización criminal conocida como La Barredora, vinculada al tráfico de personas y robo de hidrocarburos. Para entonces, aún ocupaba el mismo cargo, prolongando su permanencia en la administración del gobernador interino Carlos Manuel Merino.
Impunidad y respaldo
Fuentes políticas aseguran que Merino intentó remover a Bermúdez tras conocer los señalamientos públicos en su contra, pero no obtuvo luz verde para realizar el cambio. Finalmente, el 5 de enero de 2024, Bermúdez presentó su renuncia, ocho meses antes del término de la administración estatal.
La figura de Bermúdez era bien conocida en Tabasco. Quienes lo trataban lo describen como un hombre enérgico, incluso autoritario, como lo demuestra una anécdota durante la pandemia: al encontrar a personas bebiendo en la calle sin cubrebocas, el entonces jefe de seguridad los enfrentó a gritos y con cinturón en mano.
Origen y evolución del grupo criminal
Según fuentes locales, La Barredora comenzó como una banda menor dedicada al abigeato y al robo a casas habitación. Con el tiempo, se fortaleció y se involucró en delitos de mayor impacto como extorsiones y secuestros. Aunque no se le identifica como brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación, se reporta que hubo enfrentamientos violentos entre ambos grupos en Tabasco.
Durante los años de gobierno de López Hernández (2019-2021), el grupo criminal operó sin mayores sobresaltos, pero con el paso del tiempo, especialmente en 2023, los índices delictivos comenzaron a dispararse, especialmente en zonas petroleras del estado.
Red de poder y favores
Los lazos entre López Hernández y Bermúdez datan de sus inicios en la política. Incluso, se afirma que el hoy senador y exsecretario de Gobernación intentó, sin éxito, colocar a Bermúdez como titular de Seguridad Pública durante el sexenio de Roberto Madrazo en los años noventa.
Aunque no logró ese cargo, Bermúdez fundó una empresa de seguridad privada que prestó servicios al sistema penitenciario y a clientes particulares. El ascenso de López Hernández como operador político en Tabasco desde el año 2000 fue clave para fortalecer su red de aliados, donde Bermúdez jugó un papel recurrente.
Con información de Excelsior