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Adolescente de 14 años es sometida a un aborto pero el feto logra sobrevivir


Debido a que el producto tenía 26 semanas cuando se realizó el procedimiento, se logró el nacimiento de un bebé de más de un kilogramo

La discusión sobre la práctica del aborto es un tema que divide opiniones entre los que consideran que el feto no es una persona con derechos y quienes defienden la oportunidad de permitirles vivir.

Un insólito caso en Bolivia, ha avivado esta discusión luego de que una menor de 14 años fuera sometida a esta práctica y el producto “naciera” vivo.

Los hechos ocurrieron en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, al oriente del país, donde la adolescente había sido víctima de violación por lo que recurrió al derecho legal de practicarse un aborto con 26 semanas de gestación.

Según los propios médicos del hospital, la jovencita acudió a atención médica por primera vez cuando tenía 23 semanas de embarazo, momento en que los familiares mencionaron que había sido violada.

Tras acudir a instancias legales, la familia de la víctima volvió al nosocomio con una denuncia policial por el abuso a la menor y solicitaron la “interrupción legal de embarazo”, pero todos los médicos presentaron cartas de objeción de conciencia.

El inédito y complejo caso puso de cabeza a las autoridades médicas, pues existe una sentencia constitucional que avala la práctica del aborto sin establecer un límite en los tiempos de gestación para realizar dicha interrupción.

Tras un fuerte debate interno se ordenó la realización del aborto de acuerdo al procedimiento establecido por la noma: el suministro de tabletas por vías oral y vaginal a la adolescente para que expulsara al feto, que para entonces ya pesaba 1.100 gramos.

Un médico había anticipado que debido al avanzado periodo de gestación, el bebé nacería vivo y sería viable su subsistencia.

“Debido a que existía respaldo legal, se realizó la interrupción, pero el bebé nació vivo y está internado”, afirmó el director médico del Hospital de la Mujer de la ciudad de Santa Cruz (este), Federico Urquizo.

El jefe de neonatología, Erwin Román, explicó que una vez que se les informó que el bebé estaba con vida, debieron ceñirse al protocolo.

“Si un bebé nace con un buen peso y con probabilidades de vida la obligación es asistirlo y tratar de salvarle la vida”.

Ahora, la pequeña tiene una semana de vida, pesa 1 kilo y 100 gramos y está en terapia intensiva, en una incubadora, con oxígeno artificial, donde está siendo monitoreada.

En tanto la madre continúa internada y se le brinda apoyo psicológico por una profunda depresión que padece.

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