
Antes de adoptar un gato es importante conocer el tiempo, espacio, cuidados y gastos que implica su crianza para garantizarle una vida plena y saludable
Cada 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato, una fecha que, más allá de las fotografías y mensajes en redes, es una oportunidad para reflexionar sobre la responsabilidad que implica dar un hogar a estos animales. Aunque los gatos se caracterizan por su independencia, requieren atención diaria, cuidados veterinarios y un entorno seguro para desarrollarse de forma saludable.
La decisión de adoptar o rescatar un felino no debe tomarse a la ligera. A diferencia de lo que se cree, su carácter autónomo no significa que puedan pasar inadvertidos. El juego, la interacción y el afecto son esenciales para su bienestar, pues su ausencia puede derivar en estrés, ansiedad o comportamientos destructivos. Dedicarles entre 20 y 40 minutos diarios, e incluso hasta dos horas en el caso de cachorros, es clave para su equilibrio físico y emocional.
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En cuanto a espacio, los gatos pueden adaptarse a departamentos pequeños, siempre que existan áreas que les resulten estimulantes, como estantes, rascadores y escondites. La seguridad también es fundamental, sobre todo en hogares con balcones o ventanas abiertas, donde es recomendable instalar mallas o protecciones.
El compromiso económico es otro aspecto a considerar. Entre alimento, arena y revisiones médicas de rutina, el gasto mensual promedio oscila entre 750 y 1,500 pesos, lo que se traduce en hasta 18,000 pesos al año. A ello se suman posibles emergencias veterinarias y, en casos de rescate, costos iniciales por vacunas, exámenes y tratamientos.
Al integrar un nuevo gato en casa, es indispensable realizarle un examen veterinario completo, incluso si parece estar sano. Las pruebas para detectar leucemia felina y virus de inmunodeficiencia felina son fundamentales para prevenir contagios y establecer cuidados especiales. También se requiere desparasitación interna y externa, ya que pueden portar parásitos transmisibles a otros animales e incluso a humanos, como la toxoplasmosis.
El esquema básico de vacunación incluye la triple felina, la antirrábica y la de leucemia felina, aunque en algunos casos se añaden otras como Bordetella y Chlamydophila felis.
Si convives con otras mascotas, es recomendable un periodo de aislamiento de 10 a 14 días antes de la presentación. Este tiempo permite prevenir contagios, reducir el estrés y facilitar la adaptación. Las presentaciones deben ser graduales, utilizando barreras visuales y objetos con el olor de los demás animales para que se acostumbren de forma progresiva.
En hogares sin otras mascotas, el nuevo integrante también debe tener un espacio propio para aclimatarse. Un cuarto tranquilo con su arenero, agua y alimento le dará seguridad hasta que decida explorar el resto del hogar.
Más allá de estos cuidados iniciales, adoptar un gato implica asumir su bienestar durante toda su vida, que puede alcanzar entre 12 y 20 años. Esterilizarlo, colocarle un microchip y seguir las recomendaciones veterinarias garantizará que disfrute de un entorno seguro y una convivencia armoniosa con su familia humana.