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Alcoholismo, entre la esclavitud de la enfermedad y el fanatismo de la recuperación #ElOpinador

El alcoholismo es un tema que no se debe tomar a la ligera, pues el alcohol es de las drogas legales que se consume más y cada vez, desde más joven

Desde 1935, 12 pasos han sido importantes para ayudar a millones de personas a alejarse del alcoholismo.

Una enfermedad que junto al abuso de drogas se ha ubicado entre los problemas de salud pública más relevantes de los últimos tiempos. Ya que no sólo ataca a la salud de quien lo padece, también a la vida de las personas que rodean al afectado.

Claro que con el tiempo todo es perfectible, el desarrollo de la sociedad y el avance de la ciencia, ha servido para perfeccionar métodos y tratamientos más efectivos.

Un tema que no se debe tomar a la ligera, pues el alcohol es de las drogas legales que se consume más y cada vez, desde más joven.

Los doctores Lance y Zachary Dodes, autores del libro La Sobria Verdad, señalan que el alcoholismo es una enfermedad que no debe ocasionar ni una dependencia ideológica, ni una esclavitud mental, sobre todo por el fanatismo que se crea en torno a algunos métodos de cura. Pues al final sale igual alejarse del vicio que caer en un vacío de creencias.

Por eso es importante evitar generalizaciones. Cada alcohólico es un caso específico. Llegan a este punto por una razón diferente y tanto su química como su mente reaccionan distinto. Querer usar el mismo método para todos tal vez no sea la mejor estrategia. Y sobre todo porque hoy contamos con decenas de especialidades que ofrecen soluciones eficaces para cada tipo de paciente.

Además no se necesita tocar fondo para ser ayudado. Ni mucho menos pasar por un largo y tortuoso periodo de sufrimiento.

La enfermedad se puede atacar a los primeros indicios y salir adelante rápidamente. Teniendo en cuenta también que el alcoholismo no es un problema del alma que requiera de ayuda divina. Sino un padecimiento que afecta mente y cuerpo, y que la voluntad y ganas de salir adelante es fundamental en cada paciente.

Llevar la cuenta de la sobriedad, es importante. Pero sin olvidar que las recaídas serán parte del proceso de sanación.

Así que martirizarse o dejar que la culpa nos acabe por haber regresado la cuenta a ceros, no será de mucha utilidad. Sobre todo si consideramos que las adicciones se alimentan de los traumas y los fallos.

Y finalmente, no debemos olvidar que el alcoholismo es una enfermedad que sigue causando vergüenza, por lo que el anonimato ayuda mucho al momento del tratamiento, sin embargo, se recomienda bajo diversas normas de privacidad contar con un registro que comprometa y sirva para seguir el avance de la población y así trabajar en métodos y tratamientos para nos ayuden a reducir esta enfermedad. 

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