
Alejandro Moreno explicó que la pelea con Fernández Noroña fue consecuencia de siete años de insultos y amenazas, además de un clima de hostilidad política.
El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, dio su versión sobre la pelea que sostuvo con el senador Gerardo Fernández Noroña durante la sesión de ayer en el Senado de la República. El priista aseguró que el enfrentamiento no se trató de un hecho aislado, sino de la respuesta a una serie de insultos y amenazas que, dijo, ha recibido a lo largo de siete años.
“Lo que sucedió ayer en la sesión, lo que les comparto a todos es el contexto de lo que ocurrió, el contexto es siete años de groserías y amenazas, de persecución política”, declaró Moreno en conferencia de prensa.
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El dirigente del PRI recordó que durante la misma sesión, Fernández Noroña también lanzó advertencias contra otros legisladores. Según su relato, el senador había ofendido previamente a Lilly Téllez y amenazado a Federico Döring con enfrentarlo a golpes.
Frente a ese panorama, Moreno fue tajante al señalar que no permitiría más agresiones. “Aquí se topó con pared, con el PRI no y menos con un servidor”, expresó.
En su intervención, también acusó a Fernández Noroña de haber roto acuerdos en la Cámara alta. Explicó que el legislador del PT instruyó al secretario técnico de la Mesa Directiva para informar al senador Manuel Añorve que, si el PRI no se sumaba a participar en tribuna, sería excluido de la petición de intervención a Estados Unidos.
En ese contexto, Moreno defendió la trayectoria internacional de su partido. “Son ineptos, no tienen idea, los gobiernos del PRI eran ejemplo de la política exterior”, sostuvo.
Además, arremetió contra Fernández Noroña por presumir una supuesta cercanía con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, a quien el gobierno de Estados Unidos señala de estar involucrado en actividades de narcotráfico.
La confrontación entre ambos legisladores se convirtió en uno de los episodios más comentados de la jornada en el Senado, al exponer no solo la tensión personal acumulada entre ellos, sino también la polarización política que permea las discusiones en la actual legislatura.