
El secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, aseguró que ocultar los hechos de corrupción internos habría sido un error imperdonable
El almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, titular de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), defendió la decisión de su dependencia de hacer frente a los casos de corrupción que involucran a elementos de la institución. Subrayó que mantenerse en silencio habría significado traicionar la confianza de la ciudadanía.
En un mensaje pronunciado frente al Palacio Nacional, acompañado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el secretario enfatizó que la Marina actuó con principios y en defensa del país. “Nuestra lealtad a México nos sostiene en todo momento. Fue mediante un ejercicio de sabiduría, sensatez, congruencia y humildad que pusimos ante la ley, ante la conciencia y el escrutinio de las y los mexicanos actos reprobables que no nos definen como Institución, si no que podían enquistarse y quedarse para dañar a nuestro pueblo”, señaló.
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El mando naval reconoció que asumir la existencia de estas conductas no fue sencillo, pero insistió en que la omisión habría sido inaceptable. “Fue muy duro aceptarlo, pero hubiera sido mucho más y absolutamente imperdonable callarlo”, expresó.
Morales Ángeles explicó que la Marina decidió denunciar un presunto fraude con combustible, sin importar el nivel jerárquico o la cercanía de las personas involucradas. “Como la Institución más querida de México hemos trazado sólo un rumbo a seguir, por lo que cualquier desafío recibe de nosotros todo el peso de nuestra honestidad y una frontal respuesta a nuestro pueblo. Pase lo que pase, duela lo que duela, se trate de quien se trate, porque el amor de un pueblo, sólo puede corresponderse con el mismo sentimiento”, afirmó.
Aunque no mencionó directamente a los mandos señalados, entre los que se encuentra su antecesor, el almirante José Rafael Ojeda Durán, y dos familiares de éste, Morales Ángeles subrayó que el silencio no era una alternativa. “Desde la Semar hemos actuado con una sola brújula: la honestidad y la transparencia. Así, el mal tuvo un fin determinante. En la Marina no encontró lugar ni abrigo”, afirmó.
Al finalizar, reiteró que la institución asumió por sí misma la responsabilidad de enfrentar este desafío. “Fuimos nosotros mismos quienes dimos el golpe de timón, porque la lucha contra la corrupción y la impunidad son parte central de la transformación. Jamás fue para nosotros opción el disimulo; porque el silencio no nos define”, puntualizó.