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Aprendamos de los errores #ElOpinador

Hoy les pregunto qué pasaría si aprendemos de los errores y trabajamos en equipo por este país, por un México bonito que nadie vuelva a echar a perder

Aprendamos de los errores, y por eso quiero contarles algo que pasó hace 353 años en Londres, fue conocido como el Gran Incendio.

Del 2 al 5 de septiembre quemó 13,200 casas, 87 iglesias, incluida la Catedral de San Pablo, 44 casas gremiales, la Casa de Aduanas, el Ayuntamiento de Londres, la bolsa de Gobierno, el Palacio Correccional, un par de prisiones, 3 puertas de entrada a la ciudad y 4 puentes sobre el Támesis y el Fleet. Dejando a unas 80 mil personas sin nada.

Después de la devastación, llegó el momento de decidir qué hacer. El resultado, reconstruir la ciudad. Sir Christopher Wren fue el encargado de dicha tarea.

Su primer objetivo, que esto no se repitiera. Así que se hicieron construcciones de ladrillo y piedra, mejoraron los accesos en las calles y renovaron el sistema sanitario para prevenir las plagas.

La Catedral de San Pablo tardó 11 años en construirse y aunque hoy Inglaterra lucha por el Brexit, no podemos negar que es una de las naciones más importantes del mundo.

Una isla con muchas cosas en contra, pero que ha sabido sacarle provecho a todo, trabajando como nación. Y ni qué decir de las grandes mentes que han cambiado al mundo.

En fin, queda claro que quien no aprende de sus errores, está condenado a repetirlos. Y aunque muchos dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, a mi si me gustaría aprender algo de los británicos.

Y es que ayer, durante el Primer Tercer Informe de Gobierno una vez más repetimos la historia dentro y fuera de Palacio Nacional. Se escuchó el discurso y los aplausos de los ganadores, contrastado por la visión de los vencidos.

Había inconformes en las calles y en las redes sociales todo era un ir y venir entre insultos y argumentos en favor o en contra de nuestro héroe favorito, bueno, llegamos a tal extremo que había quien extrañaba a Peña.

Lo cierto es que hay una sola realidad. Que quien muere en este país, no podrá ser revivido por la estadística. Que quien se ha hecho millonario a costa del erario, es por todos conocido, aunque este a nombre del compadre.

Que el que ha servido de lobo, no podrá ser oveja por más fino y costoso que ahora sea disfraz. Y que la sociedad que no quiere cambiar, seguirá equivocándose en lo mismo, aunque lo llamen pueblo bueno.

¿Y si cambiamos? Todo mundo sabe y entiende lo que está bien y está mal. Todo mundo tiene al menos un ser querido que tarde o temprano pagara las consecuencias.

Pero qué pasaría si aprendemos de los errores y trabajamos en equipo por este país. Por un México bonito que nadie vuelva a echar a perder.

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