
Aunque el fuego no dejó heridos, su rápida propagación encendió nuevamente el debate sobre la seguridad de estos revestimientos.
Un incendio registrado este miércoles en el Hospital Santa Isabel de Cartagena volvió a colocar bajo la lupa el uso de paneles de fachada con núcleo de polietileno, un material señalado en varios siniestros ocurridos en Europa durante la última década.
De acuerdo con autoridades locales, las llamas comenzaron en una terraza del bloque 5 del complejo hospitalario y, favorecidas por el viento, avanzaron por la fachada y varias plantas del edificio. El fuego logró ser controlado poco después de las ocho de la mañana por un operativo de 20 bomberos.
La alcaldesa Noelia Arroyo informó que el centro activó de inmediato su protocolo de emergencia y procedió a evacuar a los pacientes alojados en las habitaciones próximas al área afectada. Los equipos de rescate continúan revisando cuartos y sanitarios de las plantas impactadas por el humo para descartar riesgos adicionales.
El revestimiento exterior del edificio —paneles de aluminio con núcleo de polietileno— ha sido identificado como un factor de preocupación. Este material, vendido en España durante años bajo distintas marcas, forma parte de sistemas de fachada ventilada que generan un espacio de aire entre el muro y la cubierta. Expertos advierten desde hace más de una década que dicho diseño puede funcionar como una chimenea cuando el polietileno arde y desprende gotas inflamadas, lo que acelera la propagación del fuego.
A pesar de que su peligrosidad ha sido documentada, España no cuenta con un registro público de edificios que utilicen estos componentes. Un análisis realizado por el CSIC estima que al menos catorce inmuebles del país los incorporan, entre ellos el Hospital de Santa Lucía, también ubicado en Cartagena.
El tema ha cobrado más relevancia tras incendios previos relacionados con paneles similares en otras ciudades: el bloque de Campanar en Valencia, donde murieron 10 personas en 2025; la Torre dei Moro en Milán en 2021; y la trágica Torre Grenfell en Londres en 2017. El Reino Unido emprendió después de este último caso un proceso de identificación y retirada de materiales peligrosos, algo que no ha ocurrido de forma sistemática en España.
En Cartagena, el episodio generó críticas políticas. La diputada regional María Marín (Podemos) recordó que ya había exigido reemplazar estos paneles en centros sanitarios desde 2015, cuando un incendio dañó la fachada del Hospital Santa Lucía. Tras el nuevo siniestro, señaló que no se trata de un hecho fortuito, sino de “negligencia política”, al permitir que materiales inflamables permanezcan en instalaciones públicas. Añadió que privilegiar el ahorro sobre la seguridad ha dejado expuesto a todo un hospital a un riesgo conocido.
En otros países europeos, la problemática también ha derivado en procesos judiciales. El incendio en la Torre dei Moro llevó a que dos directivos de la empresa española Alucoil fueran investigados por su presunta responsabilidad en la comercialización de los paneles utilizados en aquel edificio.
A nivel técnico, el Instituto Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) ya había emitido desde 2008 informes desfavorables sobre el uso de paneles no ignífugos con núcleo de polietileno. Aunque la normativa europea fue posteriormente endurecida, prohibiendo este material en ciertos tipos de fachadas, la variedad del parque inmobiliario y la falta de un inventario claro dificultan su sustitución completa.







