
Perdonar activa áreas cerebrales que regulan emociones, reduce el estrés y mejora la salud mental y física.
El resentimiento y el estrés tienden a arraigarse con facilidad, pero perdonar puede ser un camino para liberarse de esos sentimientos y generar beneficios concretos para el cerebro.
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Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han estudiado los mecanismos neuronales implicados en el perdón, mostrando que se trata de un proceso cognitivo complejo que no solo requiere voluntad, sino que también impacta positivamente en la salud integral.
Qué ocurre en el cerebro al perdonar
Según la Dra. Judith Salvador Cruz (FES Zaragoza), perdonar activa varias zonas cerebrales:
- Corteza prefrontal dorsolateral: Controla la toma de decisiones y la regulación de la conducta.
- Corteza prefrontal ventromedial: Facilita la valoración y selección de acciones.
- Corteza cingulada anterior: Procesa emociones y estabiliza la respuesta emocional.
Además, se activa la llamada “teoría de la mente”, que permite interpretar las intenciones de otros y evaluar la sinceridad de una disculpa.
El estudio publicado en Neuropsychologia identifica dos niveles de perdón:
- Decisional: La decisión consciente de dejar de lado pensamientos negativos.
- Emocional: La disminución real de sentimientos negativos hacia la persona ofendida.
El papel de la materia gris
La UNAM destaca que un mayor volumen de materia gris, asociada con memoria, movimiento y control emocional, se vincula con mayor facilidad para perdonar, sobre todo cuando el daño recibido no fue intencional. Esto sugiere que la estructura cerebral influye en nuestra disposición al perdón, más allá de factores culturales o educativos.
Beneficios para la salud
Perdonar ayuda a reducir la rumiación, es decir, los pensamientos negativos repetitivos, y disminuye la activación constante del sistema nervioso simpático, responsable de la respuesta de “lucha o huida” ante el estrés.
Según la UNAM y la Universidad de Harvard, perdonar puede:
- Disminuir depresión, ansiedad y hostilidad.
- Mejorar la autoestima y reducir conductas de abuso de sustancias.
- Aumentar la satisfacción con la vida.
Harvard sugiere entrenar el perdón mediante el método REACH: Recordar, Enfatizar, Acto Altruista, Comprometerse y Mantener.
La neurociencia confirma lo que la sabiduría popular ya sospechaba: el perdón es un acto de autocuidado profundo, que libera al cerebro de cargas emocionales que afectan la salud mental y física.
Con información de Excelsior