
Autoridades brasileñas evitaron un ataque con explosivos durante el masivo concierto de Lady Gaga en Copacabana, al que asistieron más de 2 millones de personas
La Policía Civil del estado de Río de Janeiro confirmó que logró desmantelar un plan terrorista que buscaba atentar contra el multitudinario concierto que Lady Gaga ofreció el pasado sábado en las playas de Copacabana. El evento reunió a aproximadamente 2.1 millones de asistentes, según cifras oficiales, y se convirtió en uno de los espectáculos más grandes jamás realizados en la ciudad.
El operativo, coordinado entre la policía estatal y el Ministerio de Justicia de Brasil, permitió identificar y detener a varios integrantes de un grupo extremista que planeaba ejecutar un ataque con artefactos explosivos improvisados, con la intención de causar estragos durante el espectáculo.
Origen y naturaleza de la amenaza
De acuerdo con un comunicado oficial, el grupo detrás del complot está vinculado a redes digitales que promueven el odio y la radicalización juvenil, incitando tanto a la violencia como a conductas autodestructivas. “Los sospechosos reclutaban participantes, incluidos menores, para llevar a cabo ataques coordinados utilizando explosivos improvisados y cócteles molotov”, detalló la policía.
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La investigación reveló que los reclutadores operaban en línea y empleaban un lenguaje cifrado junto con símbolos extremistas para atraer principalmente a adolescentes. Lo más inquietante fue que se hacían pasar por miembros de la base global de fans de Lady Gaga, los conocidos “Little Monsters”, para captar la atención de potenciales colaboradores.
Detenciones clave y hallazgos inquietantes
El operativo culminó con la detención de un hombre señalado como el cabecilla del grupo, quien fue arrestado en el estado de Rio Grande do Sul por posesión ilegal de un arma de fuego. Asimismo, en Río de Janeiro, un adolescente vinculado a la organización fue detenido por almacenar pornografía infantil, lo que añadió otra dimensión preocupante al caso.
La operación se desencadenó a raíz de una alerta de inteligencia policial que identificó varias “células digitales” activas, las cuales promovían comportamientos violentos y radicales entre jóvenes brasileños. Gracias a la intervención oportuna, el atentado no llegó a materializarse, y el concierto transcurrió sin incidentes.
Impacto y repercusiones
El frustrado ataque ha generado alarma entre la opinión pública y renovó el debate sobre la seguridad en eventos masivos, especialmente aquellos que congregan a millones de personas en espacios abiertos. También puso en evidencia la creciente amenaza de grupos radicalizados que se ocultan en entornos digitales para expandir su influencia y captar a jóvenes vulnerables.
A pesar de la magnitud del evento y del riesgo potencial, las autoridades subrayaron que la seguridad implementada funcionó eficazmente y que la cooperación entre agencias estatales y federales fue clave para desactivar el peligro.
Hasta el momento, Lady Gaga y su equipo no han emitido declaraciones públicas sobre el intento de atentado, aunque medios locales aseguran que la artista fue informada del operativo antes de subir al escenario.
La vigilancia continúa
El Ministerio de Justicia informó que la investigación sigue abierta y que se está rastreando a otros posibles implicados en la red, con el objetivo de prevenir futuros intentos de ataque. La policía también ha hecho un llamado a los ciudadanos para que denuncien cualquier actividad sospechosa en línea, especialmente en comunidades donde se promuevan ideologías violentas.
Este caso se suma a una serie de desafíos globales relacionados con la seguridad en eventos de gran escala y el uso de plataformas digitales para fines ilícitos. La rápida actuación de las autoridades brasileñas evitó lo que pudo haber sido una tragedia de proporciones históricas.