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Atletas femeninas deberán reducir su nivel de testosterona para poder competir en carreras

El caso más conocido de una atleta con niveles de testosterona similares a los de un hombre es el de la sudafricana Caster Semenya, quien ya se pronunció al respecto en su cuenta de Twitter.

La Federación Internacional de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés) reveló este jueves una nueva regulación en la que señala que se restringirá la participación en todas las pruebas internacionales, desde los 400 hasta los mil 500 metros, a las mujeres atletas que tengan niveles de testosterona por encima de un nivel específico.

Esta regulación, que entrará en vigencia a partir del 1 de noviembre, especifica que las femeninas que posean una elevada producción endógena de testosterona tendrán que reducir sus niveles por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses para competir en algunas pruebas femeninas y que sus marcas sean reconocidas.

Si no lo hacen así, deberán cambiar de prueba o competir como hombres, según la nueva regulación dirigida especialmente para las “atletas con disfunciones en su desarrollo sexual”.

Hasta ahora el umbral de tolerancia estaba en los 10 nanomoles por litro; sin embargo dicho umbral se ha reducido a la mita porque, según estudios a los que alude la IAAF, una mayor proporción “aumenta un 4.4 por ciento la masa muscular, entre un 12 y un 26 por ciento la fuerza y un 7.8 por ciento la hemoglobina”.

Por lo anterior, la Federación recomienda a las mujeres reducir su nivel de testosterona “durante seis meses (por ejemplo, mediante el uso de contraceptivos hormonales)” antes de permitírseles competir.

“Tenemos una responsabilidad de garantizar una competencia justa para las atletas… en el que el éxito se determine por talento, dedicación y trabajo fuerte en vez de otros factores”, declaró el presidente de la IAAF, Sebastian Coe.

“Nuestras pruebas e información indican que la testosterona, ya sea producida de manera natural o que se insertó artificialmente al físico, da una ventaja significativa entre las mujeres”, señaló-

El caso más conocido de una atleta con niveles de testosterona similares a los de un hombre es el de la sudafricana Caster Semenya. Después de su asombrosa superioridad (1:55.45 en los 800 m.) en los Mundiales de Berlín 2009), la IAAF le impidió competir si no reducía sus niveles de testosterona por debajo de los 10 nanomoles por litro de sangre.

Semenya ahora afronta el dilema de ingerir medicamentos a diario o empezar a correr en los 5.000 metros.

En 2011, la IAAF puso en vigencia una norma que obligaba a las atletas con hiperandrogenismo a reducir artificialmente sus niveles de testosterona para poder competir. Dos años antes, Semenya cronometró 1 minuto y 55 segundos para ganar su primer título mundial en Berlín. Aunque las normas previas se aplicaron, sus mejores tiempos de temporada oscilaron en los 1:59 o menos.

En su cuenta de Twitter el miércoles, Semenya colgó una imagen con un comentario: “Que lindo es quedarse callada cuando alguien espera que te enfurezcas”.

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