Una ballena de gran tamaño chocó contra un barco de pesca cerca de la costa de Portsmouth, New Hampshire, arrojando a dos personas al agua.
El martes por la mañana, una ballena de gran tamaño chocó contra un barco de pesca cerca de la costa de Portsmouth, New Hampshire, arrojando a dos personas al agua. Este incidente es el más reciente en una serie de encuentros entre mamíferos marinos y embarcaciones humanas.
Wyatt Yager, de 19 años, y su hermano Colin, de 16, ambos de Maine, grabaron el “ataque” de la ballena en video mientras pescaban a aproximadamente una milla de la costa de New Hampshire, en busca de pogies. Colin, que fue el primero en ver a la ballena, comenzó a filmar mientras Wyatt aparecía en primer plano.
El video muestra a la ballena emergiendo del agua, lanzando a los peces al aire. Al cerrar su enorme boca, la ballena cae hacia atrás, chocando contra el barco pesquero cercano donde estaban a bordo dos hombres.
Los hermanos Yager acudieron de inmediato al rescate, ayudando a sacar a los dos hombres del agua. Afortunadamente, según relataron los hermanos, nadie parecía estar gravemente herido.
En los últimos cinco años, Estados Unidos ha registrado varios incidentes destacados de ataques de ballenas a embarcaciones, subrayando la necesidad de mayor conciencia y precaución en aguas frecuentadas por estos gigantes marinos.
Uno de los eventos más significativos ocurrió en 2019 cerca de Cape Cod, Massachusetts, cuando una ballena jorobada embistió un barco turístico, causando daños considerables pero sin heridos graves. Este incidente generó preocupación entre los operadores turísticos y condujo a la implementación de medidas de seguridad más estrictas.
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En 2020, un grupo de pescadores en la costa de California vivió un momento aterrador cuando una ballena gris chocó contra su bote. El impacto fue tan fuerte que algunos pescadores cayeron al agua, aunque todos fueron rescatados sin lesiones graves.
En 2021, una ballena franca del Atlántico Norte, una especie en peligro de extinción, colisionó con un velero en las costas de Georgia. El encuentro causó daños al velero, pero no hubo heridos, resaltando la delicada situación de esta especie y la necesidad de proteger su hábitat.
Estos ataques suelen ser accidentales y ocurren cuando las ballenas emergen cerca de las embarcaciones. Las razones varían desde la desorientación de las ballenas hasta la búsqueda de alimentos en zonas concurridas por humanos.
El aumento de la actividad humana en los océanos, como el tráfico de embarcaciones y la pesca, incrementa la probabilidad de encuentros entre ballenas y barcos. Además, la recuperación de algunas poblaciones de ballenas, gracias a las medidas de conservación, ha llevado a un mayor número de estos animales en áreas costeras.
Para mitigar estos incidentes, se han implementado regulaciones como zonas de baja velocidad para embarcaciones en áreas frecuentadas por ballenas y se promueve el uso de tecnologías de detección de ballenas para alertar a los navegantes sobre su presencia.
