
El Supremo Tribunal de Brasil ordenó a Bolsonaro usar tobillera, evitar redes sociales y cumplir toque de queda nocturno por posible fuga e interferencia
Jair Bolsonaro enfrenta nuevas restricciones impuestas por el Supremo Tribunal Federal de Brasil, que ordenó al expresidente portar un brazalete electrónico en el tobillo, cumplir un toque de queda nocturno y mantener distancia de embajadas, diplomáticos y redes sociales, como parte de medidas para evitar una posible fuga durante la investigación en su contra.
La orden fue dictada por el juez Alexandre de Moraes, quien subrayó la necesidad de prevenir cualquier intento de obstrucción o interferencia en el proceso que enfrenta Bolsonaro por presunta coacción al sistema judicial y actos para alterar procesos legales. Las autoridades detallaron que estas medidas se derivan de una confesión que habría realizado Bolsonaro, aceptando que intentó presionar a la justicia brasileña, aunque su defensa las calificó como “severas” y aseguró sentirse “sorprendida e indignada” por la resolución.
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Los operativos de la Policía Federal incluyeron el cateo de la residencia de Bolsonaro en Brasilia, donde fue asegurada una memoria USB en un baño, junto a 14 mil dólares y 8 mil reales en efectivo, excediendo los límites de efectivo que pueden transportarse sin declarar. Asimismo, se realizó un cateo en la sede del Partido Liberal. Investigadores señalan que existían indicios de que Bolsonaro planeaba viajar a Estados Unidos en busca de asilo, lo que impulsó la aplicación de las restricciones.
Las medidas cautelares decretadas contemplan el uso obligatorio de un dispositivo de localización activa las 24 horas, la prohibición de salir de casa entre las 19:00 y las 07:00 horas, la imposibilidad de utilizar redes sociales y la restricción de contacto con diplomáticos o coacusados, incluido su hijo Eduardo Bolsonaro. Además, se le impide realizar campañas, solicitar donaciones o acercarse a embajadas en busca de protección internacional.
“Las restricciones son necesarias para prevenir un riesgo real de fuga”, señaló el magistrado, recordando que el pasaporte del exmandatario ya había sido confiscado en 2024 como parte de las medidas de control sobre su movilidad.
La respuesta de figuras cercanas a Bolsonaro no se hizo esperar. Donald Trump calificó las acciones del Supremo Tribunal como una “caza de brujas” y advirtió con aranceles de hasta 50 % sobre productos brasileños si las medidas no se retiran, elevando la tensión diplomática entre ambos países. Eduardo Bolsonaro, desde Estados Unidos, afirmó que la medida forma parte de una estrategia política y vinculó la acción judicial con un video dirigido previamente a Trump. Flávio Bolsonaro publicó en redes: “¡Fuerza, padre, no nos silenciarán! Esta humillación deliberada nos dejará cicatrices en el alma…”, en señal de protesta.
Bolsonaro enfrenta un proceso por el presunto intento de anular los resultados de las elecciones de enero de 2023, lo que podría derivar en penas de hasta 40 años de prisión por cargos de obstrucción de la justicia y amenazas a la soberanía nacional. Aunque no se ha emitido orden de prisión preventiva, las restricciones reflejan la intención de la justicia brasileña de impedir una eventual fuga mientras avanza el proceso judicial.
El futuro del expresidente dependerá de las resoluciones del Supremo Tribunal y de la evolución de la causa, cuyo veredicto se anticipa en los próximos meses, en un escenario que mantiene a Brasil en atención por su impacto político y jurídico.