
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ordenó la prohibición del uso del denominado “lenguaje inclusivo” en todas las instituciones educativas públicas del país, una decisión que impacta a más de 5,000 centros escolares.
El anuncio fue realizado este jueves a través de sus redes sociales, donde el mandatario compartió también el memorando oficial firmado por la ministra de Educación, la capitán Karla Trigueros, dirigido a los directores de las 5,100 escuelas públicas para que apliquen la nueva disposición.
Esta medida forma parte de una serie de reformas disciplinarias implementadas recientemente en el sistema educativo salvadoreño. En agosto se introdujeron nuevas reglas de conducta y en septiembre se establecieron normas de cortesía escolar. Según el documento compartido, la eliminación del uso del lenguaje inclusivo busca garantizar “el uso adecuado del idioma” y evitar “ideologías externas o globalistas que puedan interferir en el desarrollo integral de los estudiantes”.
La restricción se extiende no solo a las aulas, sino también a todas las áreas administrativas del Ministerio de Educación. Además, incluye una revisión y posible eliminación de materiales, libros y contenidos educativos que empleen lenguaje inclusivo o enfoques similares, según las directrices emitidas por la cartera de educación.
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En las escuelas públicas salvadoreñas, el alumnado ya está sujeto a normas estrictas relacionadas con el uniforme, estilo de peinado, y comportamientos dentro del aula, como saludar a los docentes al ingresar o utilizar expresiones de cortesía como “por favor” al hacer una solicitud.
El Frente Magisterial Salvadoreño, una organización de docentes del país, criticó estas medidas al calificarlas como una “militarización del sistema educativo” y alertó sobre el endurecimiento del ambiente escolar.
Aunque en el pasado Bukele había mostrado simpatía por causas relacionadas con los derechos de la comunidad LGBTI, en 2024 instruyó al Ministerio de Educación eliminar por completo cualquier referencia a la perspectiva de género en guías escolares y libros de texto. Desde su llegada al poder en 2019, Bukele ha mantenido altos niveles de popularidad, principalmente por su política de mano dura contra las pandillas, que ha reducido los índices de violencia. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han denunciado abusos y encarcelamientos arbitrarios, señalando que miles de personas inocentes permanecen detenidas.