No encuentro la discapacidad en escena, son las palabras que salen al acabar de ver Hacia el Alba, ensamble coreográfico donde un grupo de personas tipificadas como discapacitadas muestran el derecho de todos a subirse a un escenario para dar otras posibilidades a los espectadores de mirar la belleza en otros cuerpos.
Pilar Ortega (Madre de Esteban)
Los seres humanos necesitamos expresarnos y el arte es un camino. Por eso, Esteban cierra los ojos, ve al cielo y siente la escala musical vibrando en la muñeca, en la pierna agitada o en el cabello castaño que baila junto a sus compañeros del Colectivo Cuerpo Abierto integrado por niños y adolescentes con diversas discapacidades. Su más reciente propuesta coreográfica es Hacia el Alba. Si le diéramos voz a los corazones de los espectadores escucharíamos: “Trémulos los observamos y la memoria también mueve a nuestros cuerpos en la sala oscura y emocionada”.
Esas palabras que nos hablan del asombro que nos queda vienen de adentro porque el colectivo creado y dirigido por Francisco Carrera, Rita María y Ahmed Martínez visibiliza la capacidad de crear belleza en independencia de nuestra condición humana. El vehículo, esta vez, es el cuerpo en movimiento, en espera de la luz y de la llegada de un nuevo día. Ése en el que todos los volvamos a ver y les demos un abrazo en señal de reconocimiento. El sólo hecho de nombrarlos los saca de la oscuridad y nos regala la oportunidad de encontrarnos con los testimonios de su sensibilidad. Su voz debería de ser la nuestra, y así, la sociedad podría llevarse la medalla de la empatía.
Escuchemos qué tienen que decirnos y después vayamos a verlos porque ellos no cesan en su intento de convocarnos: Hacia el Alba se presentará durante todo el mes de octubre en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque, ubicado en Reforma y Campo Marte en la Ciudad de México. Saquen su agenda, tomen un vuelo si es necesario, y anoten las fechas de sus presentaciones: jueves 19, viernes 20, 20h, sábado 21, 19h y domingo 22, 18h de octubre.
Ahora escuchémoslos:
Esteban: “Lo que yo siento cuando bailo es muy agradable porque siento la música, los movimientos. Me gusta ayudar a los compañeros… No te voy a contar más porque es spoiler, así que tienes que verlo…”.
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Antonio: Toño qué siente cuando baila: “Feliz, tranquilo, me gusta danza, y ya”.
Marypaz: “Cuando estoy bailando mi cuerpo se empieza a mover como una hoja al compás de la música y me imagino que así la libertad se expresa en mí…”.
Diana Gabriela: Lo que yo siento cuando bailo: me da mucho nervio y siento muchas emociones que recorren mi cuerpo”.
Eri: “La danza me ilumina, me saca emociones, me hace sentir sensaciones. Saco como una imaginación que se proyecta en mi cabeza… Siento que sale de la luz del sol que ilumina y me anima a bailar. Me ayuda a expresar lo que siento, si es enojo, si es furia…”
Jesús: “Cuando estoy en el escenario me siento feliz, contento… doy lo mejor de mí”.
Cómo ven si le hacemos como Jesús y les damos lo mejor de nosotros y entonces sentiremos como Herminia que me acompañó a verlos danzar: “Sentí gran admiración por la creación de la compañía dedicada a la inclusión y a la visibilidad de cada uno. Sobresale el apoyo de los familiares, y el corazón y la entrega de cada uno de los artistas… Se me salieron lágrimas de alegría por todos los involucrados”.
Korina Calderón Gastélum
