
Un caimán fue descubierto dentro de una habitación de hotel en Fairfax, Virginia, lo que desató un operativo de rescate por parte de la policía local
En Fairfax, Virginia, la rutina habitual de un hotel fue interrumpida de manera inesperada cuando se reportó la presencia de un caimán dentro de una habitación. El sorprendente hallazgo tuvo lugar el pasado viernes 13 de junio en el SpringHill Suites Fairfax Fair Oaks, dentro de la zona metropolitana de Washington D.C.
Personal del hotel, durante una inspección de rutina, descubrió al reptil y rápidamente alertó a las autoridades. La policía del condado de Fairfax acudió al lugar y confirmó que se trataba de un caimán americano (Alligator mississippiensis), un ejemplar juvenil de aproximadamente 60 centímetros.
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Un video oficial difundido por la policía muestra cómo el reptil permanece tranquilo mientras agentes especializados y personal de control animal lo capturan con redes especiales, sin poner en riesgo a los huéspedes ni a los empleados del hotel.
Según el comunicado policial, el animal se encontraba en buenas condiciones de salud. La portavoz Kaitlyn Schill explicó que “la posesión de animales exóticos como mascotas puede ser peligrosa y, en muchos casos, ilegal”, motivo por el cual el caimán fue trasladado a un centro especializado para reptiles en Virginia.
Las investigaciones apuntan a que el reptil estaba bajo la custodia de un huésped del hotel, cuyo nombre no ha sido revelado. La policía indicó que podrían formularse cargos por posesión ilegal de fauna silvestre, conforme a las leyes vigentes en el estado.
Este suceso refleja una problemática creciente en Estados Unidos relacionada con la tenencia irresponsable de reptiles exóticos. Expertos en veterinaria y conservación han alertado sobre los cuidados especializados que estos animales requieren, además del riesgo que implica su presencia en ambientes urbanos o cerrados.
En Virginia, la ley prohíbe la posesión de caimanes sin la debida licencia, con sanciones que pueden incluir multas y procesos legales. La normativa busca proteger tanto a la fauna nativa como la seguridad pública, previniendo situaciones como la registrada en Fairfax.