
Valentina Gómez Noriega, aspirante republicana al Congreso en Texas, desató repudio global tras quemar un Corán y amenazar a musulmanes
Valentina Gómez Noriega, candidata republicana al Congreso de Texas, quedó en el centro de la polémica internacional después de difundir un video en el que quema un ejemplar del Corán con un lanzallamas mientras profiere amenazas contra la comunidad musulmana en Estados Unidos. Las imágenes, publicadas en la red social X, provocaron condenas de organizaciones religiosas, líderes políticos y defensores de derechos humanos.
En la grabación, Gómez no solo destruye el libro sagrado del islam, sino que además advierte: “Sus hijas serán violadas y sus hijos serán golpeados a menos que detengamos el islam de una vez por todas”. Más adelante agrega: “Se acabó poner la otra mejilla”.
Su mensaje va acompañado de un discurso de tono religioso y nacionalista en el que afirma que Estados Unidos debe reafirmarse como un país cristiano. “Así que esos terroristas musulmanes se larguen a cualquiera de los 57 países musulmanes. Solo hay un Dios verdadero, y ese es el Dios de Israel”, sostiene la candidata.
El pronunciamiento más fuerte ocurre cuando asegura: “Acabaré con el islam en Texas, así que Dios me ayude. Los musulmanes están violando y matando para apoderarse de las naciones cristianas. Ayúdenme a llegar al Congreso para que nunca tengan que inclinarse ante su estúpida roca”.
Las reacciones no se hicieron esperar. El Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR) denunció el contenido como un “discurso de odio peligroso” y advirtió que prepara posibles acciones legales por incitación a la violencia. Representantes demócratas exigieron al Partido Republicano de Texas condenar formalmente las declaraciones, mientras que dirigentes moderados alertaron sobre la normalización de ataques a religiones.
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El historial de Gómez incluye actos similares. En diciembre de 2024, publicó un video en el que simulaba la ejecución de un inmigrante, declarando: “Así de simple: ejecuciones públicas para cualquier indocumentado que viole o mate a un estadunidense. No merecen la deportación; merecen que se les acabe”. El hecho generó el rechazo incluso del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien escribió: “No es solo una fascista estadunidense. Es colombiana. Y, como migrante, lo que busca es desatar el odio contra los migrantes. La mayoría de los estadunidenses son asesinados por estadunidenses”.
En campañas anteriores, la política de origen colombiano ya había utilizado lanzallamas para quemar libros con temáticas LGBTQ+, además de difundir mensajes homofóbicos y xenófobos en redes sociales. Aunque en 2024 fracasó en su intento de llegar a la secretaría de Estado de Misuri, su estrategia de declaraciones radicales le ha dado notoriedad mediática dentro del ala más extrema del Partido Republicano.
Este nuevo episodio vuelve a poner en debate los límites de la libertad de expresión frente a discursos que, según especialistas legales, podrían constituir incitación directa a la violencia y, por lo tanto, ser sujetos a sanciones judiciales.