
Durante una presentación en Coyomeapan, Puebla, el caporal de los voladores perdió el equilibrio en lo alto del mástil ceremonial; el incidente fue captado en video.
Un accidente estuvo a punto de empañar una ceremonia tradicional de los voladores de Papantla en la Feria de la Manzana, realizada en Coyomeapan, Puebla. El caporal del grupo, quien dirige el ritual desde lo alto del poste, perdió el equilibrio a más de 20 metros de altura, generando momentos de angustia entre los asistentes.
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La escena quedó registrada en video y rápidamente se viralizó en redes sociales. En las imágenes se aprecia cómo el caporal resbala en la cima del mástil, aunque logra sostenerse con la ayuda de sus compañeros y gracias a su ubicación en el poste, lo que evitó que cayera al vacío.
Este tipo de ritual, conocido como la danza de los voladores, implica que cuatro integrantes desciendan girando desde lo alto del poste sujetos por cuerdas, mientras el caporal permanece arriba tocando instrumentos prehispánicos. Su posición elevada lo deja particularmente expuesto, pues carece de arnés o protección adicional, confiando en su equilibrio y experiencia.
Este no es el primer incidente relacionado con este rito ancestral. En junio pasado, cinco voladores resultaron lesionados en la comunidad de El Águila, municipio de Tihuatlán, Veracruz, cuando el mástil de madera colapsó repentinamente durante la ejecución de la danza. El poste, de más de 10 metros de altura, se vino abajo mientras los danzantes ya se encontraban en pleno descenso. Las autoridades atribuyeron el desplome a un posible deterioro interno de la estructura.
Equipos de emergencia, entre ellos Protección Civil, Cruz Ámbar y Cruz Roja, acudieron al lugar y trasladaron a los heridos al hospital regional de Poza Rica. “Se oyó un tronido muy fuerte, luego los gritos. El poste se desplomó como si estuviera podrido por dentro”, narró un testigo.
La ceremonia de los voladores de Papantla es una práctica milenaria reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es realizada por pueblos originarios como los totonacas, nahuas y otomíes desde tiempos prehispánicos. A pesar del riesgo, sus participantes continúan preservando esta tradición con orgullo, aunque algunos especialistas han pedido reforzar medidas de seguridad para evitar tragedias.
Con información de Excelsior