
Algunos cardenales usaron la película Conclave para familiarizarse con el proceso papal, evidenciando la falta de experiencia en el cónclave actual
El Vaticano vive días de expectativa y solemnidad mientras el colegio cardenalicio se reúne para elegir al próximo papa. En un contexto marcado por siglos de tradición y protocolos estrictos, un detalle inesperado ha llamado la atención: varios cardenales han recurrido a la película Conclave, dirigida por Edward Berger, como una herramienta para entender los intrincados procedimientos de esta elección.
Una ficción que se convierte en manual inesperado
Según reveló el medio Politico, algunos de los 133 cardenales participantes visionaron el filme Conclave para orientarse antes de ingresar a la reunión más secreta de la Iglesia católica. La información proviene de un clérigo cercano al proceso, cuya identidad no fue revelada, pero que aseguró que el grupo buscaba familiarizarse con aspectos logísticos y ceremoniales que, para muchos, son completamente desconocidos.
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La razón detrás de esta curiosa decisión radica en la renovación profunda del colegio cardenalicio durante el pontificado de Francisco. La mayoría de los cardenales fueron nombrados por el papa argentino, y para gran parte de ellos, esta será la primera vez que participen en una elección papal. Sin manual oficial al que acudir —ya que los detalles de un cónclave son celosamente reservados—, la producción cinematográfica se convirtió en una suerte de referencia informal.
El realismo detrás de la cinta
Estrenada recientemente en festivales internacionales, Conclave es una adaptación de la novela homónima de Robert Harris. Bajo la dirección de Edward Berger, la película combina drama y precisión histórica, gracias a un guion que consultó a expertos en historia eclesiástica para retratar de forma fidedigna las complejidades del proceso papal.
El clérigo consultado explicó:
“La razón para ver la película fue su sorprendente nivel de realismo y similitud con las ceremonias reales”.
Entre los elementos destacados en la cinta que resultaron de especial interés para los cardenales figuran:
- El riguroso aislamiento impuesto a los cardenales durante el cónclave, diseñado para garantizar la confidencialidad absoluta.
- El juramento de secreto, una de las escenas clave tanto en la ficción como en la realidad.
- Las divisiones internas, reflejo de tensiones ideológicas y políticas que influyen en la votación.
- El sistema de papeletas, la quema de los votos y la señalización mediante humo negro o blanco, que indica al mundo si se ha alcanzado un consenso.
Un colegio cardenalicio transformado
El contexto de este cónclave es significativo. Durante su papado, Francisco imprimió un sello de diversidad en el colegio cardenalicio, ampliando la representación de regiones y sensibilidades poco habituales en el Vaticano. Sin embargo, esta misma renovación ha derivado en un grupo menos experimentado en las reglas y costumbres que rigen el proceso de sucesión.
La falta de experiencia hizo que algunos recurrieran al cine, no como simple entretenimiento, sino como preparación informal para afrontar las responsabilidades que tienen por delante. Aunque se trata de una ficción, la película permitió a varios prelados adquirir una noción práctica de los desafíos, presiones y rituales que les esperan al ingresar a la Capilla Sixtina.
Ficción, símbolo de una Iglesia en cambio
El hecho de que Conclave se haya convertido en una guía improvisada subraya no solo la magnitud del evento, sino también la profunda transformación que vive la Iglesia. El legado pastoral de Francisco ha dado paso a un cónclave heterogéneo y multicultural, reflejo de un catolicismo que busca renovarse sin perder de vista su tradición.
Aunque pueda parecer insólito que cardenales necesiten apoyo de una producción cinematográfica para orientarse en uno de los ritos más antiguos del catolicismo, esto también revela la capacidad de adaptación de una institución que, incluso en los momentos más solemnes, no es ajena a los símbolos contemporáneos.