
Aunque la bioserie narra una versión edulcorada, la relación entre Roberto Gómez Bolaños y Florinda Meza tuvo un origen complejo y lleno de matices personales.
El estreno de la bioserie Chespirito: sin querer queriendo ha reavivado no sólo el legado del popular comediante, sino también las controversias que rodearon su vida íntima. Una de las más discutidas gira en torno a su relación con Florinda Meza, actriz que dio vida a Doña Florinda y quien fue su compañera sentimental durante más de treinta años. Sin embargo, lo que se muestra en pantalla dista bastante de lo que realmente ocurrió.
En uno de los primeros episodios, la serie retrata el supuesto inicio del romance entre Gómez Bolaños y el personaje que representa a Meza a través de una invitación a cenar. Este encuentro marca el comienzo de una narrativa romántica que, en la ficción, tiene lugar mientras el actor aún estaba casado con Graciela Fernández. No obstante, personas cercanas a la producción original de El Chavo del 8 ofrecen una versión diferente.
Rubén Aguirre, quien interpretó al Profesor Jirafales, reveló que la chispa entre ambos actores surgió durante una gira en Chile. Según su testimonio, ese fue el verdadero punto de partida de una relación que por años se mantuvo discreta, no exenta de tensiones.
La historia de amor entre Chespirito y Meza comenzó en los años 70, cuando ambos trabajaban en el mismo proyecto televisivo. Él tenía más de veinte años de matrimonio, seis hijos y una carrera consolidada; ella era veinte años menor y también estaba en una relación. Incluso Carlos Villagrán (Quico) ha declarado públicamente que mantuvo un romance con Meza antes de que ella iniciara su vínculo con Gómez Bolaños. Posteriormente, también se le relacionó sentimentalmente con Enrique Segoviano, director del programa.
A pesar de ese panorama, la atracción entre ellos se intensificó. Florinda relató que tardaron cinco años en consolidar su relación. En 1974, durante una escala en el aeropuerto de la Ciudad de México, ya se percibía una cercanía distinta entre ambos, aunque el primer beso llegaría hasta el 12 de octubre de 1976, en una visita a Santiago de Chile.
“Él me decía: ‘Tú eres una mujer diferente’, me compuso una canción que se llama así, ‘Diferente’, que dice cosas muy lindas”, compartió Meza años más tarde. También recordó un diálogo crucial: “Le dije: ‘Si tienes un matrimonio, tienes hijos y tu mujer es linda y buena, ¿por qué haces todo lo que haces?’, y él me contestó: ‘Siento que mi vida está vacía…’”.
Esa conversación concluyó con una frase que cambiaría su historia: “Si quieres besar a alguien, ¿por qué no me besas a mí?”, confesó Florinda. El gesto selló lo que sería el inicio formal de su vínculo, presenciado incluso por Francisco, hermano del comediante.
No fue un camino sencillo. Tras el beso, Florinda expresó dudas y remordimientos. “Después del beso me arrepentí… Él llevaba dieciocho años de matrimonio en ese momento, seis hijos, y una mujer; son siete valijas de bagaje”, afirmó. A pesar de eso, reconoció que se enamoró profundamente y dejó clara su postura: no quería ser una mujer más, sino la única.
Finalmente, Roberto Gómez Bolaños se separó legalmente y comenzó su vida de pareja con Florinda Meza, una historia que, más allá del humor, estuvo marcada por decisiones difíciles, emociones intensas y una relación que perduró hasta el final de sus días.