
Gilberto Herrera está desesperado. Sin credibilidad ni respaldo ciudadano, su única base es un séquito de poco más de 100 personas: algunos empleados de la UAQ, otros colocados en programas de Bienestar, CONAGUA, IMSS y SEP. Ante la falta de propuestas y apoyo real, el diputado federal ha optado por desinformar desde sus cuentas, con ayuda de sus bots.
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Ayer, tras el anuncio del gobernador Mauricio Kuri sobre la iniciativa El Batán: Agua para Todos, Herrera desató una campaña acusando al gobierno estatal de entregar una concesión de tratamiento de agua a un consorcio empresarial. Sin darse cuenta, terminó pegándole patadas al pesebre. Señaló —sin pruebas— a un grupo empresarial queretano de estar detrás de esa concesión hídrica; empresarios que, irónicamente, formaron parte del financiamiento de la campaña presidencial de su propio jefe, Andrés Manuel López Obrador, en 2018. Hablamos de una empresa acerera, propietaria de la Plaza de Toros, y una constructora vinculada al Tren Suburbano Buenavista-Cuautitlán.
¿Su pecado? No alinearse hoy con los intereses de los “gilbertistas” en Querétaro. La contradicción es brutal: mientras ataca concesiones en Querétaro, guarda silencio ante las otorgadas por CONAGUA a presuntos líderes criminales en la región, como el caso documentado de la llamada “Señora”, identificada con un grupo generador de violencia. ¿Eso no le preocupa? Herrera no defiende el agua, defiende su narrativa. No cuestiona los privilegios hídricos de caciques morenistas ni el uso de recursos del IMSS-Bienestar para becar a hijos de presuntos delincuentes. Su ataque no nace de principios, sino de revancha. El PAN lo exhibió como corrupto e inútil, y eso no lo perdona.
Tropiezo tras tropiezo A la par, sus operadores mediáticos han pagado propaganda culpando al PAN de haber repartido acordeones durante la fallida elección del poder judicial en Querétaro. La lógica se cae sola: si el gobernador Mauricio Kuri llamó públicamente a no participar, ¿cómo pudo haber operado la elección? Este es el nivel de la oposición obradorista en #Querétaro: chillidos sin pruebas, ataques sin sustancia y contradicciones por todos lados. Lo que sigue: más grilla, más bots… y cero propuestas. A chambear.
Por Gildo Garza