
Cipriani reaparece con símbolos cardenalicios, pese a sanción del Papa por denuncia de abuso.
El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, acusado de abuso sexual y apartado del entorno vaticano por el papa Francisco en 2019, ha reaparecido en actos oficiales luciendo el atuendo que le fue expresamente prohibido. Fotografías recientes lo muestran en la capilla ardiente del fallecido pontífice, así como en la tumba papal en la basílica de Santa María la Mayor, vestido con sotana negra, faja roja, solideo y cruz pectoral.
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La reaparición de Cipriani con los símbolos cardenalicios ha generado controversia, ya que, según reveló el diario El País, el Papa le había exigido en 2019 abandonar Perú, mantenerse en silencio y abstenerse de utilizar cualquier distintivo propio de su rango tras conocerse la denuncia de un presunto abuso ocurrido hace más de 40 años. El denunciante, hoy de 58 años, asegura que los hechos ocurrieron cuando tenía entre 16 y 17 años. Cipriani ha negado las acusaciones y asegura que no ha cometido delito alguno.
En una carta pública, el exarzobispo de Lima afirmó que Francisco le autorizó en 2020 a retomar actividades pastorales, aunque el Vaticano ha evitado pronunciarse sobre su situación actual. El purpurado, miembro destacado del Opus Dei y considerado uno de los rostros más conservadores de la Iglesia peruana, no podrá participar en el próximo cónclave debido a que supera la edad límite de 80 años, pero sí ha estado presente en las reuniones previas a la elección papal, que comenzará el 7 de mayo.
Su participación ha provocado duras críticas. La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico en Perú denunció que su presencia revictimiza al denunciante, y organizaciones internacionales como Bishop Accountability calificaron el hecho como una “burla” a los esfuerzos de la Iglesia por enfrentar los abusos sexuales.
Francisco, quien asumió el pontificado en 2013 en medio de una ola de escándalos por abusos encubiertos dentro del clero, promovió una política de “tolerancia cero” y estableció mecanismos para denunciar delitos y encubrimientos. Sin embargo, activistas y víctimas sostienen que los cambios no han sido suficientes y exigen reformas estructurales en el derecho canónico. “La tolerancia cero es solo un eslogan si no tiene fuerza legal”, declaró el activista alemán Matthias Katsch al medio Crux.
El caso de Cipriani se suma al del cardenal italiano Angelo Becciu, involucrado en un escándalo de corrupción, que también desafió las restricciones impuestas por Francisco. Ambos casos han puesto en entredicho la coherencia de la Iglesia en su respuesta a los abusos y su proceso de renovación interna de cara a una nueva etapa.
Con información de Excelsior