
Neil Hopper, cirujano británico, fue condenado tras amputarse intencionalmente las piernas por un fetiche sexual y defraudar a aseguradoras
El caso de Neil Hopper, cirujano vascular británico de 49 años, ha dejado al descubierto un inquietante entramado de obsesión, fraude y fetiches extremos. Conocido previamente como “el médico más valiente de Gran Bretaña”, Hopper fue condenado a dos años y ocho meses de prisión tras amputarse ambas piernas bajo circunstancias que ocultaban su verdadera intención.
En mayo de 2019, Hopper ingresó al hospital reportando un dolor intenso en los pies, y los médicos inicialmente sospecharon sepsis. A pesar del tratamiento rápido, se decidió amputarle ambas piernas por debajo de las rodillas. Lo que parecía un caso de emergencia médica se convirtió en un secreto sorprendente: el cirujano había congelado sus piernas intencionalmente con hielo seco para forzar la operación debido a un fetiche sexual relacionado con la mutilación de su propio cuerpo.
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Durante el juicio en el Tribunal de la Corona de Truro, los fiscales presentaron mensajes y evidencia que revelaron contactos con un sitio web de mutilaciones extremas y conversaciones donde Hopper pedía orientación sobre la cantidad de hielo seco necesaria para provocar daño irreversible. Además, declaró a conocidos que debía “sacarle jugo” a la situación, buscando tanto beneficios económicos como atención mediática tras su recuperación y regreso a la cirugía con prótesis seis meses después.
El fraude al seguro ascendió a más de 500 mil dólares, presentando las amputaciones como consecuencia de infección sistémica. La investigación también descubrió tres videos de mutilaciones corporales extremas en su posesión, que el juez James Adkin calificó como “excepcionalmente violentos”. Hopper estaba suspendido del registro médico desde diciembre de 2023, tras ser detenido meses antes.
“Sus motivaciones eran una combinación de obsesión por extirpar partes de su cuerpo y un interés sexual en hacerlo. Parece haber sido una ambición suya de larga data”, señaló el tribunal. Durante el juicio, la defensa argumentó que Hopper “había nacido en un cuerpo equivocado” y buscaba vivir como mujer, aunque el tribunal se centró en la naturaleza premeditada del fraude y el contenido ilegal extremo, imponiendo además una orden de prevención de daños sexuales por 10 años.
Este caso revela la complejidad de los fetiches extremos y las consecuencias legales cuando se combinan con engaño y fraude, dejando en evidencia los límites de la ética médica y las motivaciones personales del acusado.