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Cleopatra, la última gobernante del Antiguo Egipto, murió un día como hoy

Durante 150 años poetas e historiadores habían coincidido en la causa de muerte de Cleopatra, pero en 2010 surgió una nueva versión

Cleopatra Filopátor Nea Thea o Cleopatra VII, era hija de Cleopatra V Trifena y de Ptolomeo XII Auletes.

Cleopatra heredó el trono de su padre a la edad de 18 años junto con su hermano y esposo Ptolomeo XIII en el año 51 a.c. Posteriormente se desencadenarían una serie de conflictos entre ambos hermanos y esposos que culminarían con el destrono de Cleopatra.

En medio de las luchas civiles de Roma, Julio Cesar, el político y militar romano fue hasta Egipto y se unió a Cleopatra en la lucha contra su hermano. Durante la “Guerra Alejandrina” (años 48 – 47 a.c) murió Ptolomeo XIII.

Luego de esto, Julio César se convirtió en amante de Cleopatra y la llevó nuevamente al trono de Egipto. Cleopatra se volvió a casar con su otro hermano, Ptolomeo XIV, a quien no le costaba dominar.

Años más tarde, Cleopatra tuvo un hijo con Julio Cesar, llamado Ptolomeo XV o Cesarión. Poco tiempo después en el año 44 a.c el militar y cónsul Julio Cesar es asesinado.

Cleopatra intentó conquistar a su sucesor, el cónsul Marco Antonio, quien luchaba incansablemente contra Octavio Augusto por el poder de liderar Roma.

Cleopatra y Marco Antonio se unieron creando un nuevo reino helenístico. En el año 32-30 a.c se desató la Guerra Ptolemaica, en la cual Augusto y Marco Antonio continuaron su enfrentamiento, llegando incluso a enfrentarse por vía marítima en la llamada batalla naval de Actium. En aquel enfrentamiento la flota de Marco Antonio se vio ampliamente superada por la de Augusto debido a que los egipcios lo abandonaron.

Marco Antonio y Cleopatra deciden refugiarse en Alejandría, sin embargo, las tropas de Augusto no tardaron en llegar a la ciudad egipcia, cuando aquello pasó, el cónsul Marco Antonio no encontró más remedio que suicidarse.

Luego de esto, Augusto pretendía llevarse a Cleopatra a Roma como botín de guerra, sin embargo, Cleopatra no iba a permitir eso y decidió quitarse la vida haciéndose morder por un áspid, una serpiente altamente venenosa.

Varias fuentes romanas se refiere a cómo murió Cleopatra y aseguran que efectivamente se suicidó dejándose morder por esta serpiente. Durante 150 años poetas romanos e historiadores concordaban en que Cleopatra se habría dejado morder por el áspid, sin embargo, en 2010, el historiador alemán Christoph Schaefer sorprendió y luego de consultar con varios textos y un toxicólogo, llegó a la conclusión de que Cleopatra había sido envenenada luego de tomar una mortal mezcla venenosa que contenía cicuta, acónito y opio y no por la mordedura de un áspid.

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