
Aunque algunos dueños creen que un collar de limones alivia el moquillo o la tos en perros, la ciencia confirma que este remedio casero es un mito peligroso
Los mitos en torno a la salud de los animales de compañía circulan con fuerza en redes sociales y entre comunidades de dueños de perros. Uno de los más difundidos es la idea de que un collar elaborado con limones puede servir para curar o al menos disminuir los síntomas del moquillo o la tos en caninos. Sin embargo, especialistas advierten que esta práctica carece de evidencia científica y puede resultar dañina para la salud de las mascotas.
El moquillo es una enfermedad viral de alto riesgo que afecta varios órganos y sistemas de los perros. Su tratamiento requiere atención médica inmediata, vacunas preventivas y cuidados profesionales, no remedios improvisados. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que la prevención y la atención oportuna son la única vía efectiva para enfrentar este padecimiento.
La respuesta a la pregunta sobre si los limones tienen alguna utilidad para combatir el virus es contundente: no. El uso de este cítrico no solo es ineficaz, sino que también genera incomodidad en los animales. De acuerdo con un estudio del Indian Institute of Science Education and Research Kolkata, los lomitos muestran rechazo hacia el olor y el sabor del limón, al grado de evitar cualquier alimento que lo contenga.
Lejos de representar un alivio, el contacto con el limón provoca señales de alerta en los perros. El olor intenso puede interpretarse como una sustancia tóxica y, debido a su desarrollado sentido del olfato, incluso bajas concentraciones de jugo de limón les resultan incómodas. “Es mi razón de vivir, mi motivación diaria”, declaró una dueña en redes sociales respecto a su mascota, pero especialistas advierten que el amor debe expresarse a través de cuidados responsables y no con mitos que retrasen un tratamiento médico adecuado.
Los síntomas más frecuentes del moquillo, de acuerdo con el Manual MSD, incluyen fiebre, pérdida de apetito, secreción nasal que puede volverse espesa y amarillenta, pus en los ojos, diarrea, convulsiones, erupciones cutáneas, movimientos involuntarios y hasta problemas neurológicos como dar vueltas en círculos.
Frente a este panorama, la comunidad veterinaria coincide en que la clave está en la prevención. La American Veterinary Medical Association (AVMA) junto con especialistas de la UNAM recomiendan mantener el esquema de vacunación completo y actualizado, acudir a revisiones periódicas, asegurar buena alimentación, proporcionar ejercicio constante, proteger a los animales de cambios bruscos de clima y mantener un control estricto de parásitos durante todo el año.
La conclusión de expertos es clara: los collares de limón no curan, no alivian y pueden empeorar la situación de un perro enfermo. La salud de las mascotas requiere prácticas basadas en evidencia científica, con atención veterinaria y medidas preventivas adecuadas. Apostar por mitos, en cambio, solo aumenta los riesgos y retrasa la atención que puede salvarles la vida.