La vida silvestre está amenazada por la desmedida actividad humana, el comercio ilegal y el cambio climático ¿Qué podemos hacer para preservarla?
Cuando se decretó que el 3 de marzo se conmemoraría el Día Mundial de la Vida Silvestre, se hizo en el marco de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), pues el comercio ilegal ha llevado a la extinción a varias de ellas.
Los animales salvajes y las plantas silvestres, además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible.
Pero la actividad humana, el cambio climático, el comercio ilegal, entre otras cosas, amenazan la vida salvaje, llevando al peligro de extinción o a la desaparición total a varias de ellas.
Este 2020 el Día Mundial de la Vida Silvestre se celebrará bajo el lema “Garantizar el sostenimiento de la vida en la Tierra”, abarcando todas las especies de animales y plantas silvestres como componentes clave de la biodiversidad mundial.
También el 2020 es conocido como el “súper año para la biodiversidad”, se celebrarán importantes eventos mundiales que pondrán la biodiversidad en primer plano de la agenda de desarrollo sostenible mundial.
Este año proporciona una oportunidad única de aportar progresos transformadores en pro de la conservación y del uso sostenible de las especies de fauna y flora silvestres en respuesta a los desafíos mundiales de desarrollo sostenible que pueden abordarse mejor con soluciones basadas en la naturaleza.
Garantizar el sostenimiento de la vida en la Tierra
Lograr cumplir este objetivo está mayormente en manos de la humanidad, hay mucho por hacer, pero un gran paso es dejar de comerciar con las especies.
Esto pone en peligro su existencia y la armonía del ecosistema. El comercio ilegal de especies amenazadas va en aumento y se vale de las redes sociales para realizarse.
Genera ganancias de 23 mdd al año, pero además de la caza furtiva y el capturamiento de animales, los traficantes emplean técnicas que afectan todo el ecosistema.
La tala ilegal es común, pues los traficantes se deshacen de los árboles para tener más espacio para capturar a las especies.
En cuanto a la flora, al colectar las especies demandadas, otras mueren o se afectan.
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