
El cometa interestelar 3I/ATLAS, más grande de lo estimado, viaja hacia el sistema solar y podría ser una sonda extraterrestre, advierte el astrofísico Avi Loeb
Un objeto interestelar de gran tamaño avanza hacia el sistema solar, despertando la atención de astrónomos y científicos alrededor del mundo. El cometa 3I/ATLAS, descubierto por la NASA el 1 de julio, ha sorprendido por sus dimensiones y características atípicas, que lo colocan muy por encima de otros visitantes interestelares recientes como ‘Oumuamua y 2I/Borisov.
De acuerdo con observaciones recientes, su masa supera los 33 mil millones de toneladas y su núcleo de dióxido de carbono sólido mediría al menos cinco kilómetros de diámetro, lo que lo convierte en uno de los objetos más masivos detectados de este tipo. “Estamos hablando de un objeto entre tres y cinco órdenes de magnitud más masivo que cualquier otro visitante interestelar conocido”, explicó Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard.
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Loeb ha planteado una hipótesis que ha capturado la atención mediática: 3I/ATLAS podría no ser un cometa ordinario, sino una sonda tecnológica de origen extraterrestre con posible inteligencia activa. Su trayectoria resulta inusual, con baja inclinación retrógrada, lo que le permite desplazarse en sentido contrario a los planetas y acercarse a ellos con relativa facilidad. Su recorrido incluye pasos cercanos a Júpiter, Venus y Marte, acercándose especialmente a la órbita marciana a solo 2.68 millones de kilómetros del Sol, lo que ha generado gran debate en la comunidad científica.
Aunque no representa un peligro inmediato para la Tierra, el comportamiento del cometa no coincide del todo con las expectativas de la física convencional, lo que mantiene abiertas las especulaciones. Loeb y su equipo publicaron un artículo el 17 de julio en el que detallan dos posibles escenarios: que se trate de un objeto benigno, similar a un observador cósmico; o bien, un artefacto con objetivos estratégicos. Su forma de moverse podría indicar la recopilación de datos precisos sobre la órbita y masa de los planetas, lo que tendría sentido si se tratara de un objeto inteligente.
El 3I/ATLAS se ha convertido en uno de los cuerpos celestes más estudiados de los últimos años y su paso cercano al sistema solar plantea preguntas fascinantes sobre la posible existencia de tecnología extraterrestre. Científicos de diversas instituciones continúan monitoreando su trayectoria, esperando obtener más información que permita entender su verdadera naturaleza y descartar cualquier riesgo. Mientras tanto, el cometa se mantiene como un misterio intrigante, entre la astronomía y la especulación sobre vida inteligente más allá de la Tierra.