Así las cosas con la realeza, un estilo de vida lleno de ideologías y raras costumbres como la de casarse entre primos hermanos, lo que al tiempo tuvo consecuencias
¿Cómo vive la realeza? ¿Qué se sentirá ser Rey? ¿Cuales son los requisitos para convertirse en emperador? O ¿qué tipo de poder otorga ser un zar?
En muchos casos, títulos divinos que han otorgado a simples mortales la capacidad de cambiar el mundo. Y que un día como hoy, 28 de junio quedó demostrado que la historia, está llena de coincidencias.
Iniciamos en 1519, cuando Carlos V fue nombrado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, un poder que se aplicó desde la Edad Media, hasta la época contemporánea. Cargo que buscaba legitimar la existencia del puesto como una santa voluntad divina.
Años más tarde, en 1762 Catalina la Grande fue nombrada zarina, que si bien no es un rango imperial, si le da a quien lo recibe un gran poder en la región, para tomar decisiones políticas y económicas.
Y que en el caso de Catalina, sirvió para traer de Europa a Rusia, filosofía jurídica, política, moral y ciencias como la medicina, educación, arte y cultura.
Para 1838 en Inglaterra fue coronada la reina Victoria, quien heredó el trono a los 18 años de edad. Y a pesar de que para ese entonces el poder de los soberanos era relativamente poco, esto no fue impedimento para que en secreto lograra cambios importantes en el gobierno y sus ministros.
Así las cosas con la realeza, un estilo de vida lleno de ideologías y raras costumbres. En algunos casos, por mantener la pureza en el legado e impedir que algún plebeyo manchara el apellido, llegaron a casarse entre primos hermanos, lo que al tiempo tuvo consecuencias. ¿O tu te imaginas, casarte con los hijos de tus tíos?
Por ejemplo, durante el reinado de Luis XI, las mujeres de la corte tenían la firme idea de que masticar producía arrugas en el rostro, por lo que sólo se alimentaban de sopas o cualquier alimento que no las obligara a tener que utilizar la mandíbula.
Cuando se unen en matrimonio, tener hijos es una obligación. Deberán ser al menos 2 para asegurar un heredero a la corona. Y por seguridad tanto el sexo, como el nombre del bebé, deberá mantenerse en secreto hasta que nazca.
Si eres de la realiza británica olvídate de jugar Monopoly, no puedes tener o poner un apodo. Y si estas invitado a cenar con la reina, sólo podrás comer hasta que empiece su majestad. Y deberás terminar lo más pronto posible, siguiendo las formalidades, pues cuando acaba la reina levantan el banquete.
Estas y otras cosas más se viven en la realeza, un estilo de vida excesivo para algunos y soñado por otros. Pero y a ti ¿te gustaría pertenecer al circulo de la corona?
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