
Kelly Smith fue sentenciada junto a dos cómplices por traficar a su hija de seis años, Joshlin, a un sangoma que deseaba utilizar su piel y ojos en rituales; la menor sigue desaparecida.
Una madre sudafricana, Kelly Smith, fue condenada a cadena perpetua por secuestrar y vender a su hija de seis años, Joshlin Smith, a un curandero tradicional conocido como sangoma. La niña desapareció en febrero de 2024 en Saldanha Bay, una pequeña ciudad pesquera cerca de Ciudad del Cabo, y desde entonces no ha sido localizada. Smith, junto a su novio Jacquen Appollis y su amigo Steveno van Rhyn, fue hallada culpable de tráfico de personas y secuestro, recibiendo además 10 años de prisión por este último delito. El juez Nathan Erasmus calificó a Smith como manipuladora y sin remordimientos, destacando el daño emocional causado por la privación de libertad de la menor.
Durante el juicio, se presentó evidencia de que Smith había vendido a su hija por 20.000 rands (aproximadamente 1.100 dólares) a un sangoma interesado en utilizar su piel y ojos en rituales tradicionales. Testigos, incluyendo vecinos y un pastor local, confirmaron que Smith había expresado su intención de vender a sus hijos por sumas tan bajas como 5.000 rands (unos 275 dólares). La fiscalía describió a Smith como la “mente maestra” detrás del tráfico de su propia hija.
A pesar de una intensa búsqueda nacional e internacional, Joshlin sigue desaparecida. Las autoridades han ampliado la búsqueda más allá de las fronteras sudafricanas y han ofrecido una recompensa de un millón de rands (alrededor de 54.000 dólares) por información que conduzca a su paradero. El comisionado de policía de Western Cape, Thembisile Patekile, aseguró que la búsqueda continuará sin descanso hasta encontrar a la niña.
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Este caso ha puesto de manifiesto el creciente problema del tráfico infantil en Sudáfrica, donde se registraron más de 17.000 secuestros en el último año, un aumento del 11% respecto al año anterior. La comunidad de Saldanha Bay y el país entero han expresado su indignación y dolor por este caso, que ha resaltado la necesidad de fortalecer las medidas de protección infantil y combatir las prácticas tradicionales que ponen en riesgo la vida de los menores.
La sentencia contra Smith y sus cómplices ha sido recibida con aplausos en la sala del tribunal, reflejando el apoyo público a la decisión judicial. Sin embargo, la familia de Joshlin continúa esperando respuestas y justicia, mientras las autoridades siguen trabajando para localizar a la niña y garantizar su seguridad.