El presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada insistió en la falta de protocolos en el manejo y sigilo de las investigaciones
La Ciudad de México enfrenta un clima de inseguridad particularmente con delitos como robo a bordo de taxi, a transeúnte y en el Servicio Colectivo Metro; en el que los cuerpos policiacos han sido puestos en la mira en varios casos de alto impacto mediático, ya sea por estar directamente involucrados, la falta de un protocolo de reacción o por el correcto manejo de evidencias.
En este contexto, surgen voces críticas como la de Raúl Sapién Santos, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP), quien manifestó que, en relación al caso de una adolescente que denunció haber sido violada por cuatro elementos de la policía la madrugada del 3 de agosto en Azcapotzalco, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) debe dedicar todos los esfuerzos para buscar si existen mayores evidencias, valiéndose de la tecnología, así como de todos los dictámenes periciales necesarios para acreditar o no la participación de los uniformados en los hechos.
Sobre este caso en particular apenas ayer la PGJ capitalina informó que el análisis arrojó que el momento, circunstancias, lugar y hechos, no coincidieron con lo declarado por la víctima.
Sobre esto, el presidente del CNSP insistió en que la dificultad de demostrar el ilícito podría obedecer a la falta de protocolos en el manejo y sigilo de la investigación, lo que invariablemente genera afectaciones a la víctima, así como a la misma indagatoria. Además, que se pudieron violar sus derechos.
Ante esta situación, para Sapién Santos es verdaderamente inaudito que el jefe de la policía capitalina conserve su puesto, aunado a otros sucesos han ocurrido recientemente en la Ciudad de México, así como el ejercicio de recursos que dejan de lado la inversión en lo verdaderamente importante.
Poniendo de ejemplo que no queda claro el objetivo del cambio de cromática de las patrullas capitalinas, así como la renta de 1,855 patrullas por un lapso de tres años, señalando que “lo único que hacen es mucho escándalo”, pero no se refleja en una efectiva reducción del crimen.
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