Pilotos, azafatas y demás trabajadores se han sumado a las protestas civiles con el fin de informar a los visitantes sobre la crisis política
Este viernes las protestas en Hong Kong se trasladaron a uno de los aeropuertos más transitados del mundo. Más de 1.000 trabajadores vestidos de negro llenaron la sala de llegadas del Aeropuerto Internacional de Hong Kong, donde recibieron a los visitantes extranjeros con el objetivo de informar sobre la crisis política que vive la región.
Pilotos, azafatas y sindicatos iniciaron la protesta al rededor de las 13.00 hora local (07.00 GMT) y está previsto concluya a medianoche (18.00 GMT)-, a la que también se han sumado otros ciudadanos ajenos al aeropuerto, siendo así centenares los congregados.
Los manifestantes reiteraron las demandas esbozadas en la marcha del pasado domingo: el retiro de una polémica propuesta de ley de extradición cuyo trámite ha sido suspendido por el Gobierno temporalmente, una investigación independiente sobre la brutalidad policial durante las protestas de oposición al citado proyecto y la instauración del sufragio universal en la excolonia británica.
Las protestas de hoy también constituyen una reacción a la violencia ejercida por centenares de hombres vestidos de blanco que apalearon a viajeros del metro de Hong Kong que pasaban por la estación de Yuen Long el pasado domingo.
Las manifestaciones comenzaron a principios de junio en Hong Kong contra una controvertida propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas defensores de los derechos humanos, podría traducirse en un acceso del régimen de Pekín a “fugitivos” refugiados en suelo hongkonés.
Se prevé que para el sábado se organice una nueva movilización en Yuen Long.
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