
Más de 500 palestinos han perdido la vida al intentar obtener alimentos en Gaza, pese a la tregua. La ONU denuncia ataques en zonas de ayuda humanitaria
La situación humanitaria en Gaza se agrava a pesar de la declarada tregua. Según reportes recientes de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, más de 500 palestinos han muerto en las últimas semanas mientras buscaban alimentos en puntos de distribución organizados por diversas entidades humanitarias.
Desde el 28 de mayo, al menos 410 personas fueron abatidas en centros donde operaba la Fundación Humanitaria de Gaza, organización que ha estado en medio de la polémica por su gestión de los recursos. A esas víctimas se suman otras 93 que perdieron la vida mientras trataban de acceder a la ayuda proporcionada por agencias como Naciones Unidas y otros grupos internacionales.
Cada día, miles de personas se congregan en estos puntos con la esperanza de recibir comida, pero la alta demanda y la presencia militar han derivado en escenas de desorden, disparos y caos. Solo en la jornada más reciente, la Defensa Civil de Gaza reportó 46 muertes en uno de estos lugares de asistencia.
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Ziad Farhat, paramédico del hospital Nasser, describió un panorama alarmante. “El 60% de los heridos trasladados al hospital de campaña de la Cruz Roja está en estado grave y la mayoría va a morir”, afirmó. También advirtió a la población sobre el peligro de acudir a estos sitios, debido a los constantes ataques.
Las restricciones impuestas a periodistas y organismos independientes en el enclave palestino dificultan la verificación de los datos proporcionados por autoridades locales. Sin embargo, múltiples reportes coinciden en señalar una crisis humanitaria sin precedentes.
El conflicto que comenzó el 7 de octubre de 2023, tras el ataque de Hamás contra Israel que provocó la muerte de mil 219 personas, en su mayoría civiles, ha desencadenado una ofensiva militar israelí que ha dejado más de 56 mil 77 palestinos muertos, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la violencia en zonas de distribución de ayuda, donde deberían prevalecer las garantías de protección a civiles. Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos siguen exigiendo el cese inmediato de hostilidades y el establecimiento de corredores seguros para la entrega de asistencia esencial.