
Durante el año, una serie de episodios virales en cine, música, espectáculos y redes sociales hizo dudar a muchos si eran reales o producto de la inteligencia artificial
A lo largo de los últimos meses, distintos acontecimientos captaron la atención global por su carácter inesperado, exagerado o difícil de creer. Desde éxitos millonarios que cambiaron de manos hasta momentos incómodos captados por cámaras en conciertos, varios episodios parecieron diseñados por la inteligencia artificial, aunque todos ocurrieron en la vida real.
Uno de los casos más comentados fue el de Las guerreras K-Pop. Sony Pictures Animation decidió vender el proyecto y sus derechos a Netflix por 120 millones de dólares, recuperando apenas 20 millones de los 100 invertidos en su producción. Contra todo pronóstico, la cinta animada se convirtió en el contenido más visto en la historia de la plataforma y detonó ganancias adicionales con la venta de mercancía, consolidándose como un fenómeno global.
En el terreno de los certámenes de belleza, Leonora Lysglimt-Rødland, representante de Noruega en Miss Universe 2025, acaparó reflectores al desfilar con un traje típico inspirado en un salmón gigante. El diseño, de carácter teatral, simulaba al pez plateado y se abría en escena para mostrar un interior color naranja. La propuesta dividió opiniones y se volvió viral en redes sociales.
El ámbito musical también aportó momentos insólitos. En abril, Katy Perry formó parte de la primera misión suborbital con una tripulación exclusivamente femenina, a bordo de un cohete de Blue Origin. Desde el espacio, además de interpretar What A Wonderful World, compartió el repertorio de los conciertos que ofrecería los días 23, 25 y 26 de abril en la Arena Ciudad de México como parte de The Lifetimes Tour. Con el paso del tiempo, algunos usuarios llegaron a cuestionar la veracidad del viaje.
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El cine comercial sumó otro episodio viral con A Minecraft Movie. Tras su estreno en abril, la cinta rompió récords de taquilla y se acercó a los mil millones de dólares. Sin embargo, una escena en la que Jack Black grita “chicken jockey” provocó reacciones desmedidas en salas de cine, con gritos, lanzamiento de palomitas y hasta intervenciones de seguridad, convirtiendo las funciones en eventos impredecibles.
En redes sociales, Jessica Simpson causó revuelo al revelar que consumía una bebida china que contenía esperma de serpiente para mejorar su voz. La cantante explicó que fue recomendación de su entrenador vocal y bromeó con sus seguidores al decir: ‘¡Si quieres una buena voz, tienes que beber esperma de serpiente!’. También comentó que el sabor le recordaba a la miel oscura.
Uno de los momentos más incómodos del año ocurrió durante un concierto de Coldplay, cuando la kiss cam captó a Andy Byron, entonces CEO de Astronomer, y a Kristin Cabot, exdirectora de recursos humanos, en una actitud cercana. Al notar la cámara, ambos intentaron ocultarse, mientras Chris Martin comentaba: “O tienen una aventura o simplemente son muy tímidos”. El episodio se volvió viral y tuvo consecuencias personales y profesionales.
También hubo espacio para lo inesperado en la cultura pop. En julio trascendió que Lady Gaga y Tim Burton filmaron en la Isla de las Muñecas, en Xochimilco, el video de The Dead Dance, tema del álbum MAYHEM, además de una participación relacionada con la serie Merlina, lo que sorprendió por la combinación de talentos y el escenario elegido.
En el cine de acción, Vin Diesel anunció que se escribió un papel especial para Cristiano Ronaldo en la próxima entrega de Rápidos y Furiosos, lo que marcaría el debut del futbolista portugués en la franquicia.
Finalmente, la visita de Dua Lipa a Ciudad de México generó conversación tanto por una taquería pop-up inspirada en ella, que causó filas y caos en la Condesa, como por su paso por El Califa de León, en San Cosme, donde fue vista disfrutando tacos tradicionales. Su recorrido gastronómico avivó el debate entre lo efímero y lo auténtico en redes sociales.
Estos episodios, distintos entre sí, coincidieron en provocar asombro colectivo y en reforzar la sensación de que la realidad, en ocasiones, puede parecer tan inverosímil como una creación digital.







