
José Adolfo Macías, alias Fito, pasó de reparar autos a liderar una red narco que desató violencia en Ecuador y terminó en una corte federal de Nueva York
Durante años, José Adolfo Macías Villamar, conocido como Fito, fue una figura clave en el narcotráfico en Ecuador. Comenzó como taxista y mecánico, pero su destino cambió al involucrarse en actividades delictivas junto a Jorge Bismarck Véliz España, alias Teniente España. Ese fue el inicio de una trayectoria que lo llevaría a convertirse en el máximo líder de Los Choneros, una de las bandas criminales más peligrosas del país.
A pesar de ser arrestado en 2011, Macías mantuvo el control de su organización delictiva desde el Centro de Rehabilitación Social de Guayaquil, conocido como la Penitenciaría del Litoral. Allí vivía con comodidades inusuales para un reo y operaba con libertad. Incluso después de ser trasladado en 2013 a la cárcel de máxima seguridad La Roca, logró fugarse junto a otros presos, aunque fue recapturado poco tiempo después.
Tras la muerte de su socio Júnior Roldán en 2023, Fito se consolidó como único jefe de Los Choneros. Desde prisión, se daba lujos, organizaba fiestas con fuegos artificiales, músicos y hasta grabó un narcocorrido en su honor acompañado por su hija. Un exrecluso declaró al medio ecuatoriano Primicias que “los guardias no tienen más opciones que volverse cómplices, los amenazan a ellos y a sus familias”.
La notoriedad internacional llegó en 2024, cuando volvió a escapar de La Roca. Su fuga marcó un punto de inflexión: hubo explosiones, asesinatos, motines y hasta la toma armada de un canal de televisión mientras transmitía en vivo. Esta escalada violenta obligó al presidente ecuatoriano Daniel Noboa a declarar al país en “conflicto armado interno”.
En junio de 2025, las autoridades lograron capturarlo nuevamente en una lujosa propiedad en Manta, su ciudad natal. Junto con él, también fueron aprehendidos su pareja sentimental, Verónica Briones, señalada por lavar dinero a través de empresas fachada; sus padres, un hermano de Briones, y Yandry Nicomedes Macías, su hermano menor.
Fito tiene cuatro hijos con su exesposa Inda Mariela Peñarrieta Tuárez, quienes residían en un exclusivo fraccionamiento en Córdoba, Argentina. Sin embargo, a inicios de 2024 fueron deportados a Ecuador.
Ahora, Fito enfrenta a la justicia de Estados Unidos. Fue extraditado desde Guayaquil a Nueva York, donde se declaró “no culpable” de siete cargos, entre ellos conspiración para distribuir cocaína, tráfico y contrabando de armas desde territorio estadounidense. La fiscalía lo califica como “despiadado y un infame traficante”.
El capo permanecerá detenido, ya que las autoridades consideran que representa un “alto riesgo de fuga” y lo clasifican como una amenaza severa. De ser hallado culpable, podría enfrentar desde 20 años de prisión hasta cadena perpetua.
Así, Fito se ha convertido en el mayor trofeo político y judicial del gobierno de Daniel Noboa en su lucha contra el crimen organizado.