
Guillermo del Toro explicó en Cannes que su versión de Frankenstein es una obra profundamente emocional, alejada del cine de terror tradicional
Durante una clase magistral en el Festival de Cannes, Guillermo del Toro compartió escenario con el reconocido compositor Alexandre Desplat para hablar sobre la estrecha relación entre música y cine. Frente a un auditorio repleto, ambos artistas abordaron su proceso creativo y revelaron detalles sobre su proyecto conjunto: Frankenstein, una de las películas más esperadas del año.
El cineasta mexicano explicó que no concibe sus obras desde los géneros cinematográficos convencionales. “Yo no imagino mis películas a partir de su género cinematográfico. Por ejemplo, hace poco me preguntaron si Frankenstein será una película de terror y les respondí que no. Nunca considero que estoy haciendo una película de terror”, afirmó.
Del Toro señaló que esta nueva adaptación del clásico de Mary Shelley es una obra profundamente íntima y cargada de sensibilidad. “Para mí es una película increíblemente emocional, tan personal como todo lo demás que he hecho. Es sobre ser padre, ser un hijo”, añadió el director de La forma del agua y Pinocho.
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El elenco de Frankenstein estará encabezado por Oscar Isaac, Jacob Elordi y Mia Goth. Se espera que la cinta tenga su estreno mundial en la próxima edición del Festival de Venecia, y posteriormente llegue a la plataforma Netflix, que participa como productora del filme.
Alexandre Desplat, quien ya colaboró con Del Toro en proyectos anteriores, compartió su entusiasmo por trabajar nuevamente con el director. Describió el cine de Del Toro como profundamente lírico, y aseguró que la música de Frankenstein mantendrá esa misma línea emocional. “El cine de Guillermo es muy lírico y Mary Shelley, la autora de Frankenstein, también, así que la música de Frankenstein será muy lírica y sentimental. No estoy escribiendo música de terror”, explicó.
Durante la charla, Del Toro subrayó la importancia de la escucha en el proceso creativo, más allá de la dirección autoritaria. Afirmó que “una de las grandes labores de los directores de cine es escuchar más que hablar o dar instrucciones”, ya que es en ese diálogo donde se construyen las grandes historias.
Para el realizador tapatío, la música es más que un acompañamiento: “La música no está para ayudar a la escena sino para ser parte esencial de la escena”. También señaló que las decisiones visuales —como el ángulo de cámara, los movimientos o el tipo de lente— son las que dan ritmo a una secuencia.
Fiel a su estilo, Del Toro enfatizó el valor de lo emocional en el arte. “Yo soy mexicano y, por lo tanto, soy extremadamente emocional. Hay que dejarnos llevar por nuestras emociones. Es algo arriesgado en estos días. Por eso digo que la emoción es el nuevo punk y nosotros siempre nos arriesgamos.”
Como parte de la sesión, se proyectaron escenas de películas anteriores del director, desprovistas de música y efectos sonoros, para mostrar la relevancia de la musicalización. En algunos momentos, Desplat se colocó al piano para interpretar fragmentos en vivo, mientras Del Toro lo acompañaba cantando o tarareando.
El cierre del encuentro fue igualmente emotivo: Del Toro recibió una partitura original de Georges Delerue, legendario compositor francés, como homenaje a su pasión por la música de cine.