
Autoridades desmantelan celdas VIP con camas matrimoniales, aire acondicionado y hasta criaderos de tilapia.
Las autoridades penitenciarias de Honduras revelaron este martes las condiciones privilegiadas en las que vivían decenas de reclusos en la Penitenciaría Nacional de Támara, ubicada a unos 25 kilómetros de Tegucigalpa. Celdas equipadas con camas matrimoniales, aire acondicionado, refrigeradores, televisores y hasta salas de estar fueron desmanteladas tras la reubicación de aproximadamente 800 internos.
Te puede interesar: Trump impone nuevos aranceles al acero y al aluminio
Durante una visita guiada para medios de comunicación, el director del penal, teniente coronel Karllthers Medina, explicó que estos espacios eran ocupados por los denominados “toros”, nombre con el que se identifica a los reos con poder e influencia dentro del penal. Las condiciones, según detalló, eran posibles gracias a la capacidad económica de algunos internos.
Además de las comodidades, las autoridades descubrieron actividades no autorizadas en el pabellón VIP, entre ellas una carpintería, fábrica de hamacas, carnicería, barbería e incluso la cría de tilapia, gallinas y gallos de pelea. El área, descrita como maloliente y deteriorada, está siendo intervenida por al menos 200 custodios que trabajan en su limpieza y reconstrucción.
Los internos fueron trasladados a un edificio distinto dentro del mismo complejo penitenciario, donde, de acuerdo con las autoridades, se busca ejercer un control más estricto para prevenir extorsiones y delitos desde el interior de la prisión.
La reubicación no fue bien recibida por algunos reos. Michel Herrera, de 43 años, preso por homicidio desde hace 15 años, criticó las condiciones del nuevo espacio, al que calificó como “jaula para monos”. En sus declaraciones a la prensa, comparó las nuevas medidas con el sistema penitenciario de El Salvador, impulsado por el presidente Nayib Bukele, rechazando su implementación en el país: “A Bukele no lo queremos aquí. Somos hondureños y debemos tener un sistema propio”, expresó.
Las cárceles en Honduras han sido calificadas por las propias autoridades como “bombas de tiempo”, debido al hacinamiento y al control que aún ejercen dentro de ellas estructuras criminales como la Mara Salvatrucha y Barrio 18.
Con información de Excelsior