
Kevin Cantera, investigador mexicano, fue despedido pese a optimizar su trabajo con ChatGPT; el caso alerta sobre IA y el futuro del empleo humano
Kevin Cantera, investigador y escritor en el sector educativo, se convirtió en un símbolo de la tensión entre la inteligencia artificial y el empleo humano luego de ser despedido por la misma tecnología que utilizaba para optimizar su trabajo.
Cantera integraba herramientas de IA como ChatGPT y Microsoft Copilot en sus tareas diarias, con el objetivo de mejorar productividad y calidad de los contenidos que generaba. “Llegué a ver a ChatGPT como un colaborador. Me enfocaba en perfeccionar los prompts y revisar cuidadosamente los resultados para garantizar su calidad”, relató en entrevista con The Washington Post.
El investigador formaba parte de un equipo instruido para incorporar la IA generativa en la creación de contenido. Sin embargo, meses después, la empresa decidió reducir personal humano tras constatar que los sistemas automatizados podían generar textos con un nivel aceptable sin supervisión directa. “Es absolutamente aterrador pensar que podrían estar confiando en la producción del modelo sin control de calidad ni revisión de expertos”, advirtió Cantera.
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ChatGPT, desarrollado por OpenAI, es un modelo de lenguaje capaz de producir informes, artículos, correos y análisis en segundos. Aunque muchas empresas afirman que la IA se usa para aumentar productividad, el caso de Cantera evidencia que la automatización de tareas cognitivas complejas ya está afectando empleos calificados. La columnista Karla L. Miller, citada en el mismo reportaje, advirtió que muchas compañías aprovechan estas herramientas como atajos económicos para disminuir nóminas y depender menos del trabajo humano.
El despido ha abierto un debate sobre el uso ético y responsable de la IA en las organizaciones. Especialistas recomiendan adoptar el enfoque del “humano en el ciclo”, donde los empleados supervisan, corrigen y gestionan la IA como un “becario virtual”, asegurando calidad y ética en los resultados.
A nivel global, casos como el de Cantera muestran una tendencia creciente en países como Estados Unidos, México y España, donde sectores educativos, de medios y tecnología reemplazan funciones de redacción y análisis con sistemas de IA. En México, la adopción de ChatGPT y Copilot ha crecido en empresas de Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara con la intención de reducir costos y aumentar eficiencia, pero la falta de regulación clara genera incertidumbre sobre la protección laboral y los derechos de los trabajadores frente a la automatización.
Este caso plantea una reflexión urgente sobre cómo las empresas equilibran eficiencia tecnológica con seguridad laboral, y cómo los profesionales deben adaptarse a un entorno donde la IA ya no es solo una herramienta, sino un competidor indirecto en el mercado laboral.