
La propuesta para este corredor cero emisiones en Eje 8 Sur fue presentada en 2016 por el Gobierno de la CDMX.
Después de 9 años, entra en operación el corredor de transporte sin emisiones en Eje 8 Sur. Las rutas 10 y 13 del trolebús ya conectan el poniente con el oriente de la ciudad, cubriendo el trayecto entre Mixcoac y Santa Marta y beneficiando diariamente a aproximadamente 200 mil personas. Este sistema de transporte eléctrico, concebido hace casi una década, finalmente se ha puesto en marcha a lo largo del Eje 8 Sur.
Con su extensión hasta Chalco, en el Estado de México, este corredor se ha convertido en el sistema confinado metropolitano más largo del país, con una distancia total de 83 kilómetros. El Servicio de Transportes Eléctricos (STE) opera actualmente las rutas a lo largo del Eje 8 Sur, en los tramos de avenida Popocatépetl y calzada Ermita Iztapalapa.
La Ruta 13, que recientemente inició operaciones, va de Mixcoac (alcaldía Benito Juárez) a Constitución de 1917 (Iztapalapa). Por su parte, la Ruta 10 —el conocido Trolebús Elevado— conecta Constitución de 1917 con Santa Marta, y ha estado en funcionamiento desde 2022.
Te sugerimos: Ordenan reanudar actividades en el Poder Judicial
A esto se suma la Línea 11, que desde mayo extiende el recorrido de Santa Marta hasta Chalco, consolidando un sistema metropolitano de transporte confinado bajo una misma administración, enlazando el poniente de la capital con el oriente mexiquense. En este sistema circulan unos 160 trolebuses modernos, incluyendo unidades articuladas, que trasladan a cerca de 200 mil usuarios cada día.
El corredor de 83 km se divide en tres rutas, cada una con tarifa distinta: la Ruta 10 cuesta 7 pesos, la Ruta 11 tiene un precio de 13 pesos y la Ruta 13 también cuesta 7 pesos. Así, el recorrido completo de Mixcoac a Chalco tiene un costo total de 27 pesos.
La propuesta para este corredor cero emisiones en Eje 8 Sur fue presentada en 2016 por el Gobierno de la Ciudad de México. Para su desarrollo inicial, se recibió un millón de dólares de financiamiento por parte de la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), como parte de las iniciativas del grupo climático C40. No obstante, el proyecto permaneció detenido durante varios años, hasta que finalmente se concretó y se puso en marcha.