
Investigación revela que durante el gobierno de Donald Trump se habrían destruido toneladas de alimentos que estaban destinados a combatir el hambre infantil a través de programas de ayuda internacional.
Una investigación reciente ha puesto en evidencia que, durante la administración del expresidente Donald Trump, se destruyeron grandes cantidades de alimentos que estaban destinados a programas de asistencia internacional. Estos productos, dirigidos principalmente a la alimentación de niños en situación vulnerable, fueron retirados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El reporte indica que la medida fue parte de una reestructuración en los esquemas de distribución de ayuda alimentaria. Aunque los alimentos ya habían sido almacenados en depósitos alrededor del mundo, muchos fueron incinerados o desechados sin llegar a sus beneficiarios, principalmente en países con altos índices de desnutrición infantil.
Esta situación se habría originado por cambios administrativos en los contratos logísticos y por una aparente falta de interés en continuar con el envío de ayuda humanitaria bajo las condiciones previas. En lugar de redistribuir los insumos o adaptarlos a nuevas rutas de entrega, las autoridades optaron por eliminar las existencias acumuladas.
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Diversas organizaciones humanitarias han criticado duramente esta decisión, señalando que la destrucción de alimentos en medio de crisis alimentarias mundiales es inaceptable. Subrayan que millones de niños podrían haber recibido un apoyo vital con estos recursos.
Hasta ahora, ni Trump ni funcionarios de alto nivel de su administración han respondido oficialmente a estas revelaciones. Mientras tanto, expertos en derechos humanos y cooperación internacional piden una revisión profunda de las políticas de ayuda exterior para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.