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Diego Polino, el retro runner mexicano

Diego Polino, el retro runner mexicano
Diego Polino, el retro runner mexicano

Diego Polino es un atleta, un maratonista. Pero no es como cualquier deportista que compite en esta disciplina. Diego corre para atrás.

De muy joven, el mexicano practicó la marcha a junto a algunos de los que convirtieron al país en una de las grandes potencias mundiales de la disciplina.

Al cumplir 20 años dejó el atletismo y junto con amigos abrió negocios. Ante la crisis de los 30 decidió volver al deporte. “Empecé a correr como todos, pero un día, como juego, me dio por correr marcha atrás. Poco después me di cuenta de que no solo esa forma de avanzar de espaldas la practicaba más gente, sino de que hasta había una federación específica que organizaba un campeonato del mundo en Inglaterra…”, señala Polino.

A esta práctica se le conoce como “Retrorunning“.

En el mundo hay alrededor de 28,000 retrorunners registrados y en Guadalajara, Diego es el único que lo practica.

Polino disputó y terminó el Ironman de Lanzarote. Nadó los 3.900 metros en poco más de hora y media; tardó siete horas en la prueba ciclista de 180 kilómetros y corrió el maratón que cierra el desafío en 4 horas 52 minutos de espaldas. Sobre esto, ha declarado que “quizás la próxima vez lo nade de espaldas, mirando el cielo, pero solo lo haré si le veo ventajas”.

Polino terminó en un total de casi 14 horas, cinco horas y media más que el campeón belga Bart Aernouts, pero no fue el último clasificado, sino el 918 de los 1,338 que lo terminaron, y tres horas antes que el último.

El atleta mexicano se ha referido a las ventajas fisiológicas que la carrera de espaldas proporciona, como el menor impacto en las articulaciones y un aumento del 30-40% de calorías quemadas en el ejercicio, aunque no están comprobados científicamente. “Pero yo me lesiono menos y sufro menos dolores que cuando corría normal”, asegura.

Sobre las ventajas psicológicas, está de la sentirse bien con él mismo, esencialmente. “Corriendo así, viendo a los demás venir de frente”, dice, “veo el mundo diferente. Veo todo al revés. Cuando viajamos en la vida dejamos todo atrás, y no siempre en la vida el futuro está delante. Corriendo así, avanzo sin perder la perspectiva, viendo siempre de dónde vengo, de lo que he visto. No me olvido de lo que soy”.

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