
En México, los dueños de perros son responsables si su mascota muerde a una persona o a otro animal, con sanciones que van desde multas hasta demandas civiles
Contar con un perro implica cariño y compañía, pero también responsabilidades legales que muchos desconocen. En México, la ley establece sanciones claras para los propietarios de mascotas que muerden a una persona o a otro animal, lo que puede derivar en multas, demandas e incluso procesos penales en casos graves.
El marco jurídico mexicano, especialmente en ciudades como la capital, contempla que el dueño es responsable de los daños causados por su mascota, aun si nunca había mostrado comportamientos agresivos. El Derecho Civil señala que el propietario debe responder por lesiones o daños materiales, salvo en situaciones muy específicas, como cuando la mordida ocurre dentro de un domicilio con señalización de “Cuidado con el perro” o si la víctima ingresó sin permiso a la propiedad.
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La Suprema Corte ya ha determinado que, si un animal provoca la muerte de una persona y el dueño conocía el riesgo, se puede configurar el delito de “homicidio culposo por omisión”.
En la Ciudad de México, la Ley de Cultura Cívica contempla sanciones para quienes permitan que su perro agreda a alguien en la vía pública. Las multas oscilan entre 11 y 40 Unidades de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a un rango aproximado de 1,244 a 4,425 pesos. A esto se suman gastos médicos, reparación de daño moral e incluso una segunda multa de hasta 4,425 pesos si el animal no estaba sujeto con correa en el momento del incidente.
En el aspecto civil, la persona afectada puede iniciar un procedimiento en el Ministerio Público para reclamar gastos médicos y compensación por daño moral. Cuando las lesiones tardan menos de 15 días en sanar, la vía más común es la conciliación entre dueño y víctima, lo que permite resolver sin llegar a juicio si existe disposición para indemnizar.
La Ley también contempla sanciones adicionales, como arresto de 20 a 36 horas o trabajo comunitario de 10 a 18 horas. En casos graves, las autoridades podrían ordenar el sacrificio del animal agresor.
Cuando la mordida afecta a otra mascota, el propietario del perro atacante sigue siendo responsable. Aunque en términos jurídicos no procede una demanda en nombre del animal, sí es posible que el dueño afectado reclame los gastos veterinarios o busque una compensación económica.
Por ello, especialistas recomiendan medidas preventivas como el uso obligatorio de correa y, en algunos casos, la contratación de seguros para mascotas que cubran daños a terceros y emergencias médicas. De esta forma, los dueños pueden garantizar una convivencia más segura y evitar consecuencias legales que pueden ser costosas y complejas.