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El atroz asesinato de Medgar Evers, un hito en la lucha por los derechos civiles

La muerte de Medgar Evers fue un hito en la batalla por los derechos civiles que sacudió a los Estados Unidos entre las décadas de 1950 y 1960

Medgar Evers fue una de las figuras más importantes en el movimiento de los derechos civiles que sacudió a Estados Unidos a mediados del siglo XX, pagando con su vida la férrea defensa de sus ideales, por lo que fue el primer líder del movimiento contra la segregación racial asesinado en la década de 1960.

Originario de Mississippi, fue asesinado el 12 de junio de 1963 por Byron De La Beckwith, miembro del Ku Klux Klan (KKK), y su muerte provocó que el presidente John F. Kennedy se pronunciara pidiendo al Congreso de EEU un proyecto de ley nacional de derechos civiles, que el presidente Lyndon Johnson convirtió en ley en 1964.

Secretario de campo de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), atestiguó el odio y el racismo contra la comunidad afroamericana en las poblaciones rurales, así como de un intento de linchamiento en 1954 cuando se padre agonizaba en un hospital.

Trabajando de tiempo completo en la NAACP para poner fin a la segregación en las instalaciones públicas, escuelas y restaurantes, en 1955 fue incluido en una lista negra de nueve hombres en el sur estadounidense, por lo que él sy su familia comenzaron a sufrir amenazas, entre otros actos violentos.

Organizó el registro de votantes-ROM y manifestaciones. Sus días estaban llenos de reuniones, marchas, encuentros de oración, organizar actos de resistencia civil y luchar por la libertad de presos de conciencia.

Medgar Evers era veterano de guerra, por lo que sus funerales fueron con honores militares en el cementerio nacional de Arlington. Sin embargo, el asesinato causo tal conmoción que la policía no pudo sofocar la ira entre los miles de dolientes que acudieron, quedando el recuerdo de las palizas y demás medidas de mano dura, con os que trataron de persuadir a la gente.

Su muerte y el resultado de los dos primeros juicios contra su asesino inspiraron intensas protestas, numerosas manifestaciones por los derechos civiles así como obras de arte, música y cine. El motivo fue que en ambos procesos los jurados eran todos de raza blanca y no declararon un veredicto de culpabilidad contra De La Beckwith. Finalmente, De La Beckwith fue condenado en un tercer juicio celebrado en 1994 con nuevas pruebas.

Su viuda, Myrlie Evers-Williams, se convirtió por derecho propio en una activista destacada que llegó a ejercer la presidencia nacional de la NAACP. Su hermano Charles Evers fue el primer alcalde afroamericano elegido en Misisipi en la era post-reconstrucción cuando ganó las elecciones locales en 1969 en Fayette.

Ultraderechista y fascista, Byron de la Beckwith fue señalado como sospechoso del asesinato de Evers, un abierto opositor de la integración racial y miembro de un grupo llamado Concilio Blanco de ciudadanos del Mississippi.

No obstante, pese a que su arma había sido hallada a 150 metros de donde fue el ataque, afirmó que ésta había sido robada días antes y presentó testigos que juramentaron se encontraba a varios kilómetros de distancia, la noche del homicidio.

De la Beckwith fue juzgado dos veces en Mississippi por el asesinato de Evers, una vez en 1964 y al año siguiente, pero terminó absuelto. Finalmente, en 1991 fue arrestado nuevamente y acusado por tercera vez de asesinar a Medgar Evers, siendo declarado culpable y condenado a cadena perpetua en 1994.

Treinta años después, la sentencia contra el asesino de Medgar Evers fue recibida con multitudinarios gritos de felicidad, significando una enorme victoria para la NAACP que por tres décadas acumuló y presentó pruebas que confirmaran la culpabilidad de De la Beckwith, cuyo proceso evidenció la discriminación en el sistema de justicia estadounidense.

IPR

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