
A días del cónclave en la Capilla Sixtina, la atención mundial está puesta en los cardenales que podrían convertirse en el próximo líder de la Iglesia Católica
El próximo 7 de mayo marcará un momento clave para la Iglesia Católica: 133 cardenales de todo el mundo se congregarán en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa tras el fallecimiento de Francisco, ocurrido el 21 de abril de 2025. La elección, que se anticipa decisiva para el futuro eclesial, llega en un contexto complejo de tensiones internas y crecientes desafíos globales.
La incógnita sobre quién asumirá el trono de San Pedro mantiene en vilo a los más de 1,300 millones de fieles que aguardan el anuncio del nuevo Pontífice. En ese escenario, algunos nombres han empezado a destacar como los principales favoritos para guiar a la Iglesia en esta nueva etapa.
Los nombres que más suenan para suceder a Francisco
Entre los candidatos más mencionados figuran siete cardenales que, por trayectoria y perfil, concentran la atención de expertos y fieles:
- Pietro Parolin (Italia, 70 años): Actual secretario de Estado del Vaticano, es reconocido por su solvencia diplomática y apertura a temas controvertidos, como el celibato opcional y la bendición a parejas homosexuales.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): Al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, su enfoque pastoral le ha valido el apodo de “Francisco asiático”, por su empatía y cercanía con las bases.
- Matteo Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia y conocido mediador en conflictos internacionales, es considerado un progresista en lo social y ha ganado respaldo por su compromiso con la justicia.
- Péter Erdő (Hungría, 72 años): Arzobispo de Esztergom-Budapest, es visto como una opción conservadora, crítico de algunas reformas impulsadas por Francisco.
- Willem Eijk (Países Bajos, 71 años): Arzobispo de Utrecht, es un firme defensor de la ortodoxia y se ha pronunciado contra la comunión para divorciados vueltos a casar.
- Mario Grech (Malta, 67 años): Secretario General del Sínodo de los Obispos, es un impulsor de una Iglesia más participativa y cercana a las comunidades locales.
- Peter Turkson (Ghana, 76 años): Ex prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, sería el primer Papa africano de la era moderna, algo que muchos consideran un paso simbólico hacia una Iglesia verdaderamente global.
Desafíos en el horizonte para el nuevo Pontífice
Sea cual sea el nombre que emerja del cónclave, el próximo Papa tendrá que enfrentar una serie de desafíos monumentales que marcarán su pontificado.
1. Reconstruir la unidad eclesial
La polarización entre sectores conservadores y progresistas ha fracturado la unidad interna. Temas como la inclusión de parejas homosexuales, el papel de la mujer y el celibato clerical han generado divisiones profundas. El nuevo líder tendrá la difícil tarea de encontrar puntos de equilibrio que mantengan la cohesión sin alienar a ninguna de las partes.
2. Recuperar la confianza de los fieles
El éxodo de fieles, particularmente en Europa y América Latina, refleja una desconexión creciente con la Iglesia. La secularización, junto con el descrédito causado por los escándalos sexuales y la percepción de rigidez institucional, exige una renovación profunda. Modernizar el lenguaje y las formas de evangelización será clave para reactivar la participación de las nuevas generaciones.
3. Abordar la crisis de abusos sexuales
La herida de los abusos sexuales sigue abierta. Aunque Francisco impulsó medidas significativas, persiste la exigencia de mayor transparencia y responsabilidad dentro del clero. La capacidad del nuevo Papa para aplicar una política de “tolerancia cero” y establecer protocolos rigurosos será observada desde el inicio.
4. Reafirmar la voz moral del Vaticano
En un mundo marcado por crisis humanitarias, migratorias y medioambientales, la Iglesia necesita reposicionar su mensaje. La guerra en Ucrania, los conflictos en Medio Oriente y los dilemas éticos que plantea la inteligencia artificial son algunos de los temas en los que se espera una guía moral clara desde Roma.
Expectativas altas y camino incierto
El cónclave de 2025 no solo definirá al próximo Papa, sino también el rumbo que tomará la Iglesia Católica en un contexto global cada vez más desafiante. Las expectativas son altas y el perfil del próximo Pontífice podría marcar la diferencia entre una Iglesia en retirada y una institución capaz de renovarse para afrontar los desafíos del siglo XXI.