
Una noche colmada de nostalgia, música y gratitud se vivió en el Auditorio Nacional, donde Marco Antonio Muñiz fue homenajeado por amigos y colegas
A sus 92 años, Marco Antonio Muñiz, figura emblemática de la música romántica mexicana, recibió un conmovedor homenaje en el Auditorio Nacional, acompañado por una constelación de artistas que le rindieron tributo interpretando algunos de sus más grandes éxitos. La velada, de más de tres horas, fue conducida por Verónica Castro, quien imprimió un toque de cercanía, memoria y admiración.
El evento comenzó a las 20:46 horas del miércoles 4 de junio, con un repertorio que abarcó las distintas etapas del cantante. Sin embargo, el momento más esperado de la noche ocurrió minutos antes de la medianoche, cuando Marco Antonio Muñiz, vestido elegantemente como siempre, subió al escenario con la ayuda de su hijo Jorge “Coque” Muñiz. Allí, saludó a algunos de los presentes y se unió al coro colectivo en la interpretación de Por amor.
“No me merezco esto, pero lo adoro. Adoro a este público hermoso y le doy todas las gracias del mundo. ¡Muchísimas, pero muchísimas gracias por estar con nosotros! Hasta pronto, buenas noches”, expresó visiblemente emocionado, tras tocarse el corazón en señal de agradecimiento por una ovación de pie que pareció no tener fin.
Te puede interesar: VIDEO: Homenaje a Paquita la del Barrio en EDC México con ‘Rata de dos patas’
El repertorio fue diverso y emotivo. Desde sus nietos Marco, Antonio y Axel, hasta figuras como Gilberto Santa Rosa, Ednita Nazario, Tania Libertad, Francisco Céspedes, Pedro Fernández, Carlos Cuevas, Emmanuel y Mijares, todos ofrecieron su voz y cariño a quien llaman maestro y referente.
Verónica Castro, anfitriona del tributo, revivió el espíritu de los programas musicales del pasado, como Mala noche no, y abrió la ceremonia con entusiasmo y nostalgia. “¡Muchas gracias! ¡Qué bonito! ¡Qué emoción tan maravillosa nos espera! Estoy muy sensible. No es lo mismo los tres mosqueteros que 70 años después”, comentó al presentarse.
Los nietos del homenajeado abrieron el programa musical con un popurrí de canciones clásicas. Francisco Céspedes, originario de Cuba, compartió una anécdota de su infancia y la admiración que desde entonces sintió por Muñiz: “Yo era un chamaco en la tierra que me vio nacer y en televisión vi a un señor cantando. Dije ‘yo quiero cantar con este señor’. Gracias, Marco Antonio por existir, por todo lo que me has dado”.
Coque Muñiz protagonizó un momento entrañable al recordar junto a Castro una antigua aparición en su programa. Más tarde, interpretó temas como Que murmuren, La Bikina y Qué bonita es mi tierra, acompañado de una emotiva presentación.
Raúl di Blasio también hizo una participación destacada, recordando una madrugada en la que Muñiz lo invitó a cantar a una fiesta. “Esa noche, a las 2:30 horas, me bendijo y, a partir de ahí, gané no sólo al maestro, sino al hermano, al padre”, recordó el pianista argentino.
Desde Puerto Rico llegaron dos voces fundamentales: Gilberto Santa Rosa y Ednita Nazario. Ambos resaltaron la influencia del cantante mexicano en sus carreras. “Ha sido escuela para todos nosotros… Es el único artista que ha podido lograr 38 temporadas ininterrumpidas en el Caribe Hilton”, dijo Santa Rosa. “Yo lo conocí a los siete años. Fue el primer artista inmortal que conocí”, añadió Nazario.
Tania Libertad, Pedro Fernández y Mijares también expresaron su admiración. Este último interpretó La gloria eres tú y compartió el escenario con Coque en el tema Tiempo. Emmanuel, por su parte, se unió para cantar Quiero abrazarte tanto y, más adelante, junto a Mijares y Coque, Perdón.
El cierre fue especialmente emotivo. Coque Muñiz interpretó un popurrí que incluyó temas como Contigo en la distancia y Nosotros. Luego, todos los artistas regresaron al escenario para una última interpretación conjunta de Por amor, mientras Marco Antonio Muñiz, conmovido, se despidió con el brazo en alto.
Así concluyó una noche inolvidable que celebró no sólo la carrera de El Lujo de México, sino también la herencia musical que ha dejado en generaciones de artistas. Un tributo sincero a una vida entera dedicada a cantar con elegancia, pasión y respeto.