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El nuevo recinto cultural Museo “Casa Guillermo Tovar de Teresa”

La casona porfiriana cuenta con muebles antiguos, valiosas obras pictóricas, grabados de época, fotografías insólitas de la Ciudad de México, tapices bordados, entre otras piezas de la época

Muebles antiguos, valiosas obras pictóricas, grabados de época, fotografías insólitas de la Ciudad de México, tapices bordados, vajillas extranjeras, libros únicos, mucho de ello herencia familiar de Tovar De Teresa, así como adquisiciones propias como refinado coleccionista que era, son exhibidas al público desde el 20 de diciembre en la casona porfiriana, ahora museo.

El nuevo recinto cultural Museo Casa Guillermo Tovar de Teresa (1956-2013) está ubicado en Valladolid 52, colonia Roma-Condesa.

La Fundación Carlos Slim adquirió sus colecciones, mismas que, ya digitalizadas, pueden consultarse sin costo desde el Museo Soumaya en Plaza Carso.

La Casa Museo está ampliamente descrita en un texto del historiador Xavier Guzmán Urbiola que se reproduce en el catálogo de la obra expuesta titulado “La casa del coleccionista”. Ahí, el actual subdirector del Patrimonio Artístico del INBA, autor de un bosquejo bio-bibliográfico sobre Tovar de junio de 2013, cuenta que el inmueble, proyectado hacia 1910, fue obra del ingeniero militar Gustavo Peñasco Hidalgo.

Tovar de Teresa, cronista de la Ciudad de México, agregó a la casona una biblioteca y estudio personal anexo a la recámara de la planta baja. Conservó el área pública, el vestíbulo y la sala, pero los espacios paralelos al patio ya no tenían sentido como comedor, costurero o salón fumador, transformándose en una serie de tres salas, que Tovar denominó como amarilla, roja y azul.

La casa posee 660 metros cuadrados de terreno y, tal como quedó después de las intervenciones descritas, 990 de construcción. Tras las adecuaciones, escribe Guzmán, la ocupó en 1997, rodeándose “de sus colecciones, biblioteca, archivos y donde vivió, amó, estudió, soñó, comió, rió y concibió muchos de sus proyectos”.

Entre las joyas que menciona el historiador se encuentra un comedor que perteneció a su abuelo, una serie de litografías de Casimiro Castro en el pasillo central de mosaicos ajedrezados paralelos a jarrones de piedra en hilera frente a un jardín interior, y en la biblioteca fantástica”, a decir de Guzmán, hay primeras ediciones de sor Juana Inés de la Cruz y toda la bibliografía de viajeros del siglo XIX en México, como el pintor y litógrafo italiano Claudio Linati y el incansable Barón de Humboldt.

 

 

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