
Juan Manuel Quistián, creador de Medio Metro, fue asesinado en 2021; su legado sigue vigente en la cultura sonidera mexicana.
La figura de Juan Manuel Quistián, mejor conocido en el mundo sonidero como “El Rey del Wepa” o “El Tontí”, volvió a cobrar relevancia tras recordarse su aporte al fenómeno “Medio Metro” y su trágico fallecimiento. Quistián, pionero en este estilo de baile dentro de la música tropical, fue asesinado a balazos el 5 de octubre de 2021 mientras circulaba por la carretera en Soledad de Graciano Sánchez, San Luis Potosí, un hecho que conmocionó a la comunidad sonidera en México y Estados Unidos.
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El origen de Medio Metro y el legado del Rey del Wepa
Antes de viralizarse en redes sociales, Quistián ya era un referente de la música tropical en el norte y centro del país. Desde sus cabinas, promovió un estilo que combinaba ritmo, humor y baile, popularizando el grito “¡Wepa!” y dando origen al nombre de sus bailarines más carismáticos: los “Medios Metros”.
Su influencia perdura hoy, pues el concepto sigue vigente en diversas plataformas y escenarios, y los artistas actuales reconocen que su estilo y energía marcaron la identidad del circuito sonidero mexicano.
Homicidio y sanción de los responsables
El ataque ocurrió cuando José Arturo “N” y José Alberto “N” interceptaron la camioneta blanca en la que viajaba Quistián, disparándole en varias ocasiones en la intersección de la avenida José de Gálvez con la carretera Rioverde. La víctima falleció en el lugar.
Tras la investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de San Luis Potosí, los agresores fueron capturados y en 2023 recibieron una sentencia de 30 años de prisión cada uno, además de sanciones económicas y la suspensión de sus derechos políticos.
La huella de un ícono sonidero
A cuatro años de su muerte, Juan Manuel Quistián sigue siendo recordado por su creatividad y carisma. “Medio Metro”, que hoy es interpretado por varios artistas, mantiene viva la esencia de su estilo y su legado cultural. Cada presentación refleja la pasión y la autenticidad que él imprimió en sus fiestas y escenarios, consolidando su lugar en la historia de la música popular mexicana.
Su historia es un recordatorio de que detrás de los fenómenos virales existe una raíz cultural, humana y auténtica, nacida en barrios, escenarios humildes y fiestas donde la música une a la comunidad.
Con información de Excelsior