
La Capilla Sixtina ha sido acondicionada para recibir a los 133 cardenales electores que, a partir del 7 de mayo, participarán en el cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica.
El Vaticano ha iniciado los preparativos para el cónclave que comenzará el 7 de mayo de 2025, con el objetivo de elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido recientemente. Como parte de estos preparativos, se ha instalado la tradicional chimenea en el techo de la Capilla Sixtina, desde donde se anunciará al mundo la elección del nuevo pontífice mediante las emblemáticas fumatas: negra si no hay consenso, blanca cuando se alcance la mayoría requerida.
Un total de 133 cardenales menores de 80 años participarán en este proceso, que se desarrollará en sesiones de votación por la mañana y la tarde. Para ser elegido, el nuevo Papa deberá obtener al menos dos tercios de los votos, es decir, 89 sufragios. La Capilla Sixtina ha sido cerrada al público y acondicionada para garantizar el aislamiento y la concentración de los electores durante el cónclave.
Entre los principales candidatos al papado se encuentran el cardenal italiano Pietro Parolin y el filipino Luis Antonio Tagle. Sin embargo, ambos han sido objeto de críticas y campañas en su contra por parte de sectores conservadores de la Iglesia, lo que refleja las divisiones internas que podrían influir en el desarrollo del cónclave.
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La elección del nuevo Papa se produce en un momento de desafíos significativos para la Iglesia Católica, que enfrenta cuestiones como la secularización en Europa, el crecimiento desigual de la feligresía en diferentes regiones del mundo y la necesidad de abordar temas como la justicia social y los derechos humanos. El próximo pontífice tendrá la tarea de continuar el legado de apertura y diálogo promovido por el Papa Francisco.
Mientras tanto, los fieles de todo el mundo han sido invitados a unirse en oración por el éxito del cónclave y la elección de un líder que guíe a la Iglesia con sabiduría y compasión en los años venideros.