“Se acabará la vergonzosa tradición de fraudes. Las elecciones serán limpias y libres. Quien utilice recursos para comprar votos o para favorecer a candidatos y partidos irá a la cárcel sin derecho a fianza”.

Reiteró que el combate a la corrupción, como plantea, permitirá tener recursos económicos para destinarlos al país.

“El Combate a la corrupción y a la austeridad nos permitirá liberar suficientes fondos. Más de los que imaginamos, para impulsar el desarrollo de México”.

También destacó que el plan del nuevo gobierno es acabar con la corrupción y la impunidad, pero en una nueva etapa sin perseguir a nadie, “porque no apostamos al circo y a la simulación”.

Queremos regenerar, de verdad, la vida pública de México; además, siendo honestos como lo somos, si abrimos expedientes dejaríamos de limitarnos a buscar ‘chivos expiatorios’, como se ha hecho siempre y tendríamos que empezar por los de mero arriba, tanto del sector público como del sector privado”.

No habría juzgados ni cárceles suficientes y lo más delicado, lo más serio, meteríamos al país en una dinámica de fractura conflicto y confrontación, y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que necesitamos para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida pública de México, la construcción de una nueva patria, la reactivación económica y la pacificación del país”.

En su primer mensaje como presidente, López Obrador reiteró que no es su fuerte la venganza y, “que si bien no olvida, sí es partidario del perdón y al indulgencia”.

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